El fuego ha sido la causa de la destrucción de grandes patrimonios históricos en todo el mundo. Desde documentos a monumentos de mayor o menos importancia han sido pasto de las llamas. Fue este el caso de la Venta Casimiro, un legendario establecimiento ubicado en el alto de Pajares y conocido también como "El Manazas". Tras sufrir un incendio que destrozó el local a comienzos de este año, sus gestores no han querido que la emblemática historia de este local se quedase enterrada bajo los escombros y hace unos días comenzaba la rehabilitación del inmueble, que esperan que esté listo para reabrir durante la próxima temporada de esquí.

Punto de parada obligado para muchos esquiadores y, sobre todo, para los aficionados a las motos que suben con sus vehículos por el puerto de Pajares, la clausura de la Venta Casimiro había dejado huérfanos a muchos habituales de este local, que ahora, han recibido una buena noticia con la próxima reapertura de "El Manazas".

De las obras de rehabilitación se encarga una empresa lenense, que comenzaba hace unos días con el desescombro del inmueble, que había quedado reducido a cenizas fruto del incendio. Una vez que se termine con estas labores comenzará una reforma en la que se va a respetar la esencia de tan histórico lugar, con más de un siglo de historia. La imagen exterior del edificio se respetará, aunque habrá cambios sustanciales en el interior del local, que se adecuaran a los nuevos tiempos y que permitirán, además, evitar las graves consecuencias de un incendio como el que sufrió el local el pasado febrero.

La Venta Casimiro era hasta febrero el único establecimiento abierto en la carretera N-630 en el entorno de la estación de Pajares, toda vez que el Parador Nacional ubicado en lo alto del puerto sigue cerrado y sin visos de obtener un comprador que lo rehabilite para su apertura. Tampoco Casa Quico, otro emblemático negocio en el entorno del complejo invernal, en este caso en la localidad de Arbás del Puerto, se mantenía abierto, por lo que "El Manazas" era el único punto de avituallamiento en la carretera general.

Hasta que se produjo el fatal suceso, el negocio lo regentaban Ricardo Fernández y su esposa, aunque una vez que se reabra, se harán cargo sus descendientes. Desde que Casimiro se hiciera cargo del establecimiento, hace más de 40 años, la saga familiar habían mantenido abierto un negocio al que solo las llamas pusieron contra las cuerdas. Ahora, "El Manazas" resurge de sus cenizas para volver a ser un punto referencial para esquiadores, moteros y turistas.