Los restos prehistóricos de la comarca se quedan a buen recaudo. La Consejería de Cultura, Educación y Deportes no abrirá al público la cueva del Molín, en el municipio de Morcín, a pesar de los requerimientos del Ayuntamiento para que el yacimiento sirviera como impulso turístico a todo el municipio y la cuenca del Caudal. La caverna cuenta con más de medio centenar de grabados no figurativos del Paleolítico Superior y es única en las Cuencas. Los responsables regionales temen que su exposición pueda dañar el hallazgo, que se remonta a 2010.
Los expertos habían identificado en la cueva de Molín, a una orilla de la carretera cerca de La Foz, las figuras de tres ciervos y un caballo hace ya décadas. Los catedráticos de Prehistoria Manuel R. González y César González, junto al investigador Aitor Ruiz (todos pertenecientes al instituto internacional de investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria), retomaron los trabajos en El Molín hace algo más de un lustro. La campaña arqueológica sacó a la luz tres paneles, que los expertos clasificaron según su contenido y ubicación dentro de la cueva: panel de grabados figurativos, conjunto de trazos lineales al fondo del corredor de entrada y grabados lineales en la parte alta de la placa caliza.
El primer panel guarda los grabados que ya se habían descubierto décadas atrás: tres ciervas y un caballo. Todas las figuras están orientadas hacia el fondo de la cueva. En el corredor de entrada a la cavidad, en una zona iluminada por la luz natural, los arqueólogos descubrieron unos cincuenta trazos no figurativos. En la parte alta de la cueva está el lienzo de acceso más complicado. Hay algunos trazos cortos también clasificados como "no figurativos".
El hallazgo aparece recogido en el volumen "Excavaciones arqueológicas en Asturias 2007-2012" y ahí se quedará. El Principado protegió la cueva y su contenido como Bien de Interés Cultural (BIC) y cerró la entrada a cal y canto. Un cerco metálico mantiene a los visitantes bien lejos de los paneles, sin ninguna posibilidad de acceder al interior de la caverna.
El alcalde del concejo, Jesús Álvarez Barbao (PSOE), consideró desde un principio que la protección era "excesiva". El regidor inició durante el anterior mandato una cruzada para permitir el paso de turistas al interior. "Podría ser una entrada estacional y regulada, para grupos reducidos", destacó entonces. Remitió varios escritos al Principado y mantuvo encuentros con responsables de la Dirección General de Patrimonio.
La respuesta definitiva llegó hace unos días y ha sido rotunda: "No se pueden permitir las visitas porque podrían dañar los restos", explicó ayer el regidor, tras recibir réplica de la Consejería de Cultura por escrito. Según el Alcalde, "es una lástima porque podría ser un impulso para atraer más turismo al concejo, pero la orden de los expertos ha sido clara y no tenemos conocimientos suficientes para rebatirla".
Jesús Álvarez Barbao se da por vencido con el cierre de la cueva y la protección de los grabados, pero no con la promoción del enclave. Es por eso que Barbao reclamó ayer a los responsables regionales "que coloquen el panel explicativo que estaba previsto para el entorno". La señalización de la zona está pendiente desde el anterior mandato y es uno de los pasos a seguir tras la catalogación como Bien de Interés Cultural. "Es una lástima que la gente pase una y otra vez por la carretera sin saber que en una orilla está esta cueva, de valor incalculable", destacó el Alcalde.
El Ayuntamiento también pondrá de su parte. Una vez que se instale el panel explicativo, el consistorio limpiará el entorno para acondicionar una pequeña área recreativa. La dotarán de mobiliario urbano: unos bancos y unas papeleras. Una zona verde para que los turistas puedan hacerse a una idea de lo que guarda el interior de la cueva.
