Canastas sin fronteras

El Baloncesto Villa de Mieres inaugurará a principios de septiembre su residencia, en la que vivirán diez jugadores de seis nacionalidades distintas

El deporte es un importante nexo de unión para las personas y las culturas y el Baloncesto Villa de Mieres (BVM2012) lo va a demostrar esta temporada. Lo hará gracias a la residencia internacional que está habilitando y en la que tendrán cabida una decena de jugadores de hasta seis nacionalidades distintas. El BVM ya tiene casi lista su particular Torre de Babel.

El presidente de la entidad y entrenador del primer equipo, Arturo Álvarez, impulsó el proyecto internacional del club mierense hace tres años. Desde entonces, la idea ha ido cobrando forma y creciendo año a año, hasta que por fin el club se ha decidido a habilitar una residencia para los jugadores foráneos. El técnico mierense se ha sabido rodear de un nutrido grupo de colaboradores y, gracias al trabajo en equipo, la residencia verá la luz a finales de mes.

La "International Basketball Residence BVM2012" se ubica en un inmueble del polígono de Vega de Arriba. Consta de tres pisos. El primero de almacén, despensa y baño, y los otros dos habilitados como vivienda para los jugadores. La inversión en equipamiento, obras y contratación de empresas de electricidad y fontanería -todas ellas mierenses- supera los 11.000 euros.

En la segunda planta se ubicarán los alojamientos de los jugadores de cantera y la del entrenador/tutor responsable de la residencia. Una habitación la compartirán los cuatro chavales de la cantera: Ingimar Baldursson y Sigvaldi Eggerson (Islandia), Vincenzo Ochipinti (Paraguay) y Dushan Ivanovski (Macedonia). El responsable será Marcos Santos, que viene de entrenar en la liga sueca. Junto a los alojamientos también hay una gran sala de estar para que los jugadores puedan hacer vida en común y compartir experiencias más allá de los entrenamientos.

En la tercera planta, la residencia tiene la cocina, totalmente equipada, un baño, y las tres habitaciones dobles que compartirán los jugadores del primer equipo, de liga EBA. Estarán en la residencia los estadounidenses Kevin Powell y Jack Isenbarger, los brasileños Leandro Cruvinel, Rodrigo Gonçalves y Luan Pereira y el español Pedro de la Calle.

Es evidente que con esta mezcla de culturas y nacionalidades, el inglés será el idioma que se hable en la residencia internacional del BVM. Estos diez jugadores, que a comienzos de septiembre se incorporarán al proyecto, inaugurarán el alojamiento que, si todo marcha como el club espera, podría llegar a crecer. "Hay una nave anexa en la que hay dependencias que se pueden habilitar para aumentar las plazas si fuera necesario", aseguró Arturo Álvarez.

Los trabajos para culminar la adecuación del inmueble continúan a todo gas. Los electricistas y fontaneros casi han completado la instalación eléctrica y parte del mobiliario ya está en el centro. También se han dado manos de pintura a las paredes y se han colocado grandes vinilos con fotografías de los grandes éxitos del club, entre ellos el ascenso a Liga EBA, conseguido hace dos temporadas, o la permanencia lograda el pasado curso.

El objetivo fundacional del BVM siempre fue devolver a Mieres esa pasión por el baloncesto que en los últimos años había desaparecido. Sin embargo, la ambición de los impulsores del proyecto ha convertido al municipio en un punto de encuentro internacional de formación. El idioma no será problema, es común: el baloncesto.

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