Uno de los servicios más esperados por los pacientes del área sanitaria VII, que engloba los municipios de Mieres, Aller y Lena, está a punto de ponerse en marcha. La construcción del nuevo hospital Vital Álvarez-Buylla, inaugurado hace algo más de un año, conllevaba la ampliación de la cartera de tratamientos con la puesta en marcha de la hemodiálisis. Finalmente, en las próximas semanas, concretamente a mediados de septiembre se comenzará con los tratamientos. Por el momento, el centro sanitario ya ha recibido los equipos necesarios para poder dispensar las sesiones de diálisis a los pacientes del área que la necesiten.

Las máquinas, un total de ocho, se instalarán en una sala en la planta baja del hospital. En estos dispositivos se podrán programar como máximo cuatro turnos, pudiendo llegar a los 32 pacientes diarios. En un principio, los paciente irán siendo derivados poco a poco desde los centros a los que ahora acuden a las sesiones, fundamentalmente en Oviedo, aunque también en Gijón.

La puesta en marcha del servicio de diálisis ha acumulado cierto retraso por los diferentes problemas que surgieron en torno a su puesta en marcha. El último fueron los problemas burocráticos para la licitación del material que el hospital mierense acaba de recibir. Al proceso se presentaron varias empresas, y tras la apertura de plicas y la consiguiente adjudicación, una de las firmas que no resultó ganadora de la licitación decidió impugnarla. Además, esta empresa llevó el proceso al Juzgado, que finalmente le dio la razón. Sin embargo, todas estas gestiones provocaron una dilatación en la puesta en marcha de la diálisis, que ya venía con retraso.

De hecho, desde un primer momento, el servicio estuvo en el punto de mira. La idea inicial era que lo gestionara Cruz Roja, tal y como viene haciendo en Oviedo, a lo que los trabajadores se negaron, exigiendo que fuera personal del Sespa (Servicio de Salud del Principado de Asturias) el encargado de atenderlo. Tras una dura polémica, finalmente el Principado, con Faustino Blanco al frente de la Consejería de Sanidad, cedió. Posteriormente, también se reclamó la presencia de un nefrólogo, especialidad de la que carecía el Álvarez-Buylla. Sanidad, no sin tensas negociaciones, también aceptó incorporar un profesional en este área.

Las nuevas máquinas que acaban de llegar al Álvarez-Buylla son equipos modernos y con las últimas tecnologías, que estrenarán los pacientes de Mieres. El objeto de las máquinas de diálisis es sustituir artificialmente las funciones que el riñón hace en el cuerpo humano. El funcionamiento es el siguiente: al paciente, que se somete al tratamiento cada dos, tres o cuatro días, se le coge una vía, por donde sale la sangre hacia la máquina de diálisis. En su interior, pasa por un filtro, llamado dializador, que está dividido en dos partes. La sangre pasa de una a otra, dejando los residuos como la sal o el potasio en el aparato, que devuelve ya la sangre al cuerpo del paciente en perfecto estado. De hecho, los aparatos de diálisis mantienen incluso la temperatura de la sangre que sale del cuerpo.