Dos décadas después del fatal accidente en el pozo minero de San Nicolás -Nicolasa- en Ablaña, en el que catorce trabajadores perdieron la vida, la empresa estatal Hunosa ha decidido organizar un acto de homenaje en las instalaciones mineras. Será el próximo lunes, 31 de agosto, día exacto en el que hace 20 años una fuga de grisú destrozaba la vida de 14 familias y picaba en los corazones de toda una región.

La hullera estatal informó ayer de que el próximo lunes tendrá lugar, a partir de la una de la tarde, "un sencillo acto de recuerdo" en la plaza del pozo. Allí, en uno de los edificios de las instalaciones mineras, se descubrirá una placa con los nombres de los 14 trabajadores que perecieron a causa de una explosión de grisú que en la madrugada del 31 de agosto de 1995 dejaba muy tocada a la familia minera. Hunosa ha enviado invitaciones a las familias de las víctimas de aquel accidente, algunas de las cuales acudirán al homenaje organizado por la empresa estatal. Un acto que tampoco ha estado exento de críticas entre los propios trabajadores de la explotación mierense.

El que se celebrará el próximo lunes no es el único recordatorio que se les ha rendido a estos 14 trabajadores, diez de los cuales eran asturianos y pertenecían a la plantilla de Hunosa. Los otros cuatro eran checos, que trabajaban para una subcontrata de la empresa estatal. Sin ir más lejos, en el año 1996, solo un año después del accidente, se inauguraba uno de los emblemas de Mieres, el Monumento Internacional al Minero, que se construyó por suscripción popular tras el trágico suceso del pozo en Ablaña.

Tras el accidente, el Gobierno del Principado decretó tres días de luto oficial y hubo una huelga en el sector de otras tantas jornadas para solidarizarse con las familias. Los funerales por los mineros muertos, oficiados en Oviedo pese al clamor popular para que tuvieran lugar en Mieres, localidad de origen de algunos de los fallecidos y donde se ubica el pozo. Fueron presididos por el entonces Príncipe y ahora Rey Felipe VII.

Además, supuso también un punto de inflexión en lo referente a la seguridad minera, que durante años ocupó un lugar preferencial en la investigación y mejora de instalaciones para favorecer unas mejores condiciones de trabajo a los mineros en el interior de los pozos.