La crisis remite, aunque poco a poco, en la comarca del Caudal. Así lo demuestra el balance de comidas servidas en el comedor social de la asociación Amicos durante el primer semestre del año. La entidad puso sobre la mesa 3.270 menús, prácticamente los mismos que durante el mismo período del año pasado (3.281). Esta cifra estabiliza el "bajón" registrado en comparación con 2013, cuando Amicos sirvió 5.212 menús desde enero hasta julio.

El presidente de Amicos, Carlos Muñiz, explicó ayer que "estamos contentos porque es un síntoma de que la situación económica en la comarca empieza a mejorar". El perfil de usuario, que en los años más duros de la recesión económica se estaba acercando a las personas que se quedaban en paro y lo perdían todo también ha cambiado desde 2014. "Ahora son mayoritariamente transeúntes, personas sin hogar que llevan soportando una situación muy complicada durante muchos años", añadió el responsable de Amicos.

El comedor social de Mieres ha atendido en lo que va de año a 137 usuarios. El 47 por ciento eran transeúntes, "gente que está de paso por el concejo", matizó Muñiz. El 23 por ciento son habituales del comedor y un 30 por ciento son usuarios esporádicos. Estos últimos, según el presidente de Amicos, son personas que "necesitan acudir al comedor en un momento concreto pero luego lo dejan, bien porque reciben otra ayuda o porque su situación mejora".

La mayoría de los beneficiarios durante este primer semestre del año, 107, eran españoles. Veintiuno llegaron desde otros países de la Unión Europea y siete eran extracomunitarios. Amicos también atendió a dos personas apátridas. Los usuarios reciben un menú completo al mediodía y llevan una bolsa de picnic para la cena y el desayuno del día siguiente. Las comidas se elaboran en la cocina del comedor, de manos de voluntarios. Son menús elaborados según las recomendaciones de nutricionistas, buscando una buena alimentación para los usuarios.

Los beneficiarios del comedor acceden al servicio tras una evaluación de su situación social y económica. La entidad cuenta con un servicio de asistente social, que se encarga de estudiar cada caso y dictar las medidas a adoptar. Los menús tienen un precio simbólico de un euro al día, con el que se paga tanto la comida en las instalaciones como la bolsa de picnic con el resto de la comida.

El servicio funciona y seguirá trabajando con la misma fórmula durante los próximos años. Pero no todo permanecerá estable en Amicos, ya que este año va a ser una época de cambios. El ayuntamiento ha cedido a la asociación el inmueble la antigua plaza de abastos de Santa Marina, conocida como "la Placina", para mejorar sus instalaciones. Hasta ahora, Amicos ha llevado a cabo su labor en un bajo de la calle Clara Campoamor. Según Muñiz, "estamos centrados en el diseño del traslado". Una actuación que tendrá que permitir seguir con el servicio de forma ininterrumpida.

El traslado requerirá una importante inversión. Los responsables de Amicos afirman que el inmueble necesita una reforma integral, que tendrán que realizar antes de empezar a funcionar con la nueva cocina.

La directiva necesitará recabar, durante los próximos meses, el apoyo de instituciones, empresas, fundaciones y la ciudadanía. Están acostumbrados a salir adelante, ya que han mantenido su actividad de forma estable desde el año 2000. La entidad cuenta con el apoyo de los socios y subvenciones de administraciones, empresas y otros colectivos, como clubes deportivos. Los supermercados también ayudan, a través de donaciones de comida para preparar los menús.