Chapuzón a medianoche

Aller celebró el final de la temporada de baños en la piscina de Caborana con una fiesta nocturna que reunió a cien personas

Asistentes a la fiesta nocturna, durante el baño de espuma.

En Aller se cierra la temporada de baños con un chapuzón a medianoche. El Ayuntamiento celebró el domingo una fiesta nocturna a la que acudieron más de un centenar de bañistas. Hubo tiempo para todo. Para saltar de cabeza a la piscina, bailar bajo un cañón de espuma y tomarse un refresco en el bar. Fue un éxito rotundo y el gobierno local (PSOE) espera repetir el próximo verano.

La campaña de baños abrió en Aller durante el mes de junio. Ha sido una temporada veraniega con mucha actividad, gracias a la buena meteorología. La vicealcaldesa y concejala de Deportes, Industria y Participación Ciudadana, Sandra Jovellanos, destacó ayer que "queríamos que este cierre de temporada fuera distinto, fuera de lo habitual, para celebrar el excelente balance".

Lo planearon y lo hicieron. La piscina abrió sus puertas el pasado domingo por la noche y empezó a recibir gente a las diez. La entrada tenía un precio simbólico de un euro y el público respondió bien. Según Jovellanos, "acudieron en su mayoría jóvenes, que era nuestro objetivo". La fiesta nocturna buscaba ofertar un ocio alternativo y saludable durante el fin de semana. No obstante, estaba dirigida a todos los públicos aunque los pequeños tenían que ir acompañados por un mayor de edad.

La fiesta veraniega se alargó hasta la madrugada. La programación se completó con otras actividades, como juegos y música, para que nadie quisiera irse pronto a casa. "Estamos muy contentos con el resultado y empezaremos a trabajar pronto en la próxima edición", destacó ayer Sandra Jovellanos.

El cierre de la temporada de la piscina de Caborana con una fiesta nocturna es ya una tradición en el concejo. Cada año, el ayuntamiento escoge una temática o alguna novedad para llamar la atención del público. En 2013, la fiesta se completó con una representación de luchas entre astures y romanos. El año pasado hubo una fiesta de disfraces. En esta edición, el cañón de espuma sorprendió a los bañistas.

Hacía muchos años que la piscina de Caborana no tenía un verano como este. Aún sin el balance final elaborado, los responsables municipales avanzan ya que las cifras de asistencia son de récord y que apenas hubo días "en blanco" por la meteorología. Ahora toca despedirse hasta el próximo verano y pedir al sol que tampoco falte en 2016. Trabajarán en ello, aunque aún no pueden prometer que la meteorología esté de su lado.

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