Baltasara, campo de batalla

Los bosques próximos a Rioturbio se han convertido en uno de los escenarios más utilizados por los aficionados al "airsoft", juego que simula enfrentamientos bélicos

Tres aficionados al "airsoft", ayer, cerca de Baltasara.

El valle de San Juan fue durante décadas escenario de duras huelgas mineras. En Rioturbio, pueblo entre pozos, se rodaron hace ya unos años las escenas del enfrentamiento entre mineros y antidisturbios que abren la película "Pídele cuentas al Rey". Fue un salto de la realidad a la ficción que ha tenido continuidad, aunque con una radical cambio de ambientación y puesta en escena. Los bosques próximos a esta localidad mierenses son frecuentados ahora por aficionados al "airsoft", un juego similar al "paintball" basado en la simulación de enfrentamientos militares.

Los días festivos resulta habitual encontrar en el entorno de Rioturbio a un buen número de "soldados" bien pertrechados con vestimenta y armas que, a cierta distancia, parecen sacados de una guerra real. Suelen quedar en las inmediaciones de la vieja mina de Baltasara: "Nos gusta venir aquí porque es una sitio tranquilo, por el que pasa poca gente y que tiene mucho bosque para poder camuflarse", explican los aficionados. Es raro el fin de semana que entre diez y veinte jugadores no se dan cita en Rioturbio para simular una refriega militar. Ayer mismo, celebración del Día de Asturias, hubo batalla en Baltasara. "Esto engancha muy rápido, el que lo prueba casi siempre repite", explicó uno de los participantes.

En Asturias hay varios lugares acotados para la práctica del "airsoft". En el caso de Rioturbio, la actividad se realiza en plena naturaleza, sin muros ni vallas. "Lógicamente tomamos precauciones para no molestar a quienes hacen uso de las sendas peatonales y si en alguna ocasión nos acercamos y vemos pasar a alguien procuramos no movernos para no asustarles". Los equipos que usan estos aficionados hacen perfectamente posible que entre los arboles pasen desapercibidos, aunque estén a muy pocos metros de distancia. Las armas, para un profano, parecen auténticas. Se trata de rifles y pistolas eléctricas o de gas que expulsan pequeñas bolas. La mayoría de las réplicas de "airsoft" disparan bolas de plástico fabricadas con materiales biodegradables, que oscilan entre los 0,12 y los 0,88 gramos de peso. Los proyectiles más pesados son usados normalmente para largo alcance y por francotiradores, ya que son más estables en vuelo y es más difícil que se desvíen por el viento, por tanto ofrecen más precisión. "Lo único que hay proteger bien son los ojos, utilizando gafas, por lo demás no hay peligro". Todo bien, mientras no te cruces con un jabalí.

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