El Hospital Álvarez-Buylla de Mieres está cada vez más cerca de poner en marcha uno de los servicios más esperados por los usuarios del área sanitaria del Caudal. El traslado desde el viejo Murias al flamante edificio de Nuevo Santullano no solo traía consigo una mejora en las instalaciones y muchos equipos de diagnóstico, sino también nuevos servicios como el de la hemodiálisis, que tras meses de polémicas y retraso, está a punto de arrancar. Los especialistas ya están probando los equipos, que ya llegaron a finales del mes de agosto, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Una vez que se comprueben que todos los aparatos, un total de 8, funcionan, los pacientes del área VII (Mieres, Aller y Lena), ya podrán realizar sus tratamientos "en casa".

Los dializadores aterrizaron en el hospital de Nuevo Santullano el pasado 28 de agosto. Los responsables sanitarios explicaron que estas máquinas son equipos "modernos y con las últimas tecnologías", que estrenarán los pacientes de Mieres. El nuevo servicio de diálisis hasta no se dispensaba en Mieres hasta ahora y los pacientes con lesiones renales tenían que trasladarse a Oviedo para someterse al tratamiento. Además, la mayoría tenían que hacerlo en el turno de noche, con los trastornos de transporte que eso conlleva, sumado a las horas que dura el proceso de limpieza de la sangre.

El objeto de las máquinas de diálisis es sustituir artificialmente las funciones que el riñón hace en el cuerpo humano. El funcionamiento es el siguiente: al paciente, que se somete al tratamiento cada dos, tres o cuatro días, se le coge una vía, por donde sale la sangre hacia la máquina de diálisis. Una vez que la sangre está en el dispositivo, pasa por un filtro, llamado dializador que, a su vez, está dividido en dos partes. La sangre del paciente pasa de una a otra, dejando los residuos como la sal o el potasio en el aparato. Una vez completado el ciclo, cuando la sangre ya está totalmente depurada, la propia máquina la devuelve automáticamente al cuerpo del paciente en perfecto estado. La precisión de estos aparatos de diálisis llega hasta tal punto que incluso mantienen la temperatura de la sangre que sale del cuerpo para evitar cambios bruscos en el organismo del paciente.

Cuando los técnicos terminen de comprobar el correcto funcionamiento de los equipos, los pacientes irán estrenando el servicio de diálisis de Mieres de forma escalonada. La sala de diálisis contará con 8 máquinas y se instalará en una sala en la planta baja del hospital, justo al lado del acceso interno a rehabilitación y de los ascensores que dan acceso a la zona Sur del centro sanitario. En estos dispositivos se podrán programar como máximo cuatro turnos, pudiendo llegar a los 32 pacientes diarios. Actualmente hay una veintena de pacientes del área del Caudal que están recibiendo diálisis en Oviedo, y que serán los primeros usuarios de Mieres. Además de los dializadores, el hospital contará también con un nefrólogo, especialista que en principio no estaba previsto que se incorporase, pero que finalmente, y ante la presión de los propios profesionales sanitarios y de los pacientes, sí que tendrá consulta en el hospital mierense.