La reclamación para que Renfe recorra la línea entre Collanzo, en Aller, y Trubia, en Oviedo, con un tren turístico encuentra apoyos en la comarca del Caudal. Los responsables de los concejos de Aller y Mieres respaldan la postura de los expertos que afirman que el recorrido, actualmente abierto únicamente a mercancías entre Baíña (Mieres) y Trubia, es "uno de los más espectaculares de la red ferroviaria asturiana". Tanto los dirigentes municipales de Aller como los de Mieres consideran que las vías deberían tener más vida y reclaman a la empresa ferroviaria que, al menos, elabore un estudio para conocer la viabilidad de la propuesta.

La reclamación lleva años sobre la mesa, sin ser atendida. Hace algo más de una década, Feve cerró a los viajeros la línea de Baíña a Trubia, el último tramo del servicio que unía la zona del Caudal con Oviedo. Desde entonces, la línea F8 se realiza entre Collanzo y Baíña. Para llegar desde Aller hasta Trubia, actualmente, son necesarios tres trasbordos y es un viaje de casi tres horas. Eso sí, Renfe aún mantiene la antigua línea en anuncios, carteles y horarios. Es una línea fantasma, sólo escrita en el papel.

Renfe cerró el recorrido porque resultaba deficitario. Ahora sólo pasa por las vías un único tren de mercancías al día, el que lleva carbón a la central térmica de Soto de Ribera, propiedad de EDP, antes Hidroeléctrica del cantábrico. La decisión cayó como un jarro de agua fría entre algunos usuarios y, sobretodo, entre los expertos. El periodista británico Mike Bent, especialista en medios de transporte, asegura que el viaje entre Baíña y Trubia "es un recorrido impresionante". "Es increíble, ese desfiladero y los paisajes de los que puedes disfrutar a través de la ventanilla", añadió.

Bent hizo un viaje entre Collanzo y Trubia unos meses antes de que la línea cerrara. "Su cierre me pareció una idea muy desacertada", afirmó el experto. Desde su punto de vista, la empresa ferroviaria podría abrir el recorrido para turistas. Y llegó a presentar su propuesta a Renfe hace unos meses, pero la empresa ferroviaria no llegó a contestar.

Ahora retoma su propuesta y cuenta con nuevos apoyos. El alcalde de Aller, David Moreno, destacó que "nosotros ya vivimos una época del tren turístico y tuvo muy buen resultado". Hace unos años, la antigua Feve puso en marcha un convoy veraniego que salía de Trubia y hacia paradas en distintos lugares emblemáticos de la comarca del Caudal. El servicio sólo duró unos meses, el periodo que estaba previsto en la planificación de Feve.

La reclamación que pone Aller sobre la mesa es que Renfe recupere la línea y la deje dentro de su oferta: "No hablamos de un tren diario, pero sí un servicio de fin de semana o festivos", destacó Moreno. Esta petición se suma a las ya antiguas reivindicaciones de Aller para la empresa ferroviaria: mantenimiento de servicios, planificación de horarios y renovación de trenes para evitar las averías. Las quejas por las deficiencias de los servicios son ya conocidas tanto por parte de los usuarios como de los dirigentes municipales.

En Mieres hay menos propuestas sobre la mesa. El concejo cabecera del Caudal cuenta con otra línea, la C1 Puente de los Fierros-Gijón, que garantiza una comunicación rápida y frecuente con la capital de la región. Eso sí, al tren turístico también se suben.

El vicealcalde, Manuel Ángel Álvarez, reclamó ayer a Renfe que "haga un estudio de mercado y que valore si abrir la línea turística resultaría viable". "Nos parece un proyecto interesante, que podría completar nuestra oferta turística y generar puestos de trabajo", añadió el responsable local.

Los expertos están seguros. Mike Bent considera que el viaje podría durar unos cuarenta y cinco minutos, sin contar las paradas, con un precio máximo de veinte euros por persona. Incluiría visitas a los lugares de interés y todos los recorridos estarían encabezados por un guía experto.

Otro idea que Bent ha puesto sobre la mesa es usar esas vías para formar a jóvenes en la conducción de trenes. Se trata de un plan, afirmó, que da buenos resultados en Rusia. Se ha extendido a otros países del Este, como Polonia, y Bent quiere importarlo a Asturias.