La letra, con Úrculo y Chillida entra

La codiciada colección de arte del Instituto Bernaldo de Quirós comenzó a tomar forma hace cuarenta años y suma más de 200 obras, con autores de renombre

la pinacoteca del bernaldo de quirós. En las plantas primera y segunda del palacio de Camposagrado se pueden contemplar obras de relevantes artistas, como Úrculo y su "La Celestina" (sobre estas líneas, a la izquierda), y Pelayo Ortega (a la derecha). SILVEIRA

El fondo museístico del Instituto Bernaldo de Quirós es, según la valoración general de los expertos, la recopilación artística más valiosa que hay en la comarca del Caudal. Además, ningún otro centro formativo de toda España posee una colección comparable. Durante décadas, esta pinacoteca ha permanecido casi oculta dentro de los gruesos muros del palacio de Camposagrado, histórico inmueble en torno al que en su momento se expandió el instituto. El polémico traslado de la muestra a la Casa Duró, proyecto que respaldan Ayuntamiento y Principado pero que rechaza la comunidad educativa del centro, ha puesto el foco en una joya que, paradójicamente, es una gran desconocida para el grueso de los mierenses. Y eso que varias generaciones de ellos han estudiado el bachiller tropezándose por los pasillos con los cuadros y esculturas cuyo destino es ahora objeto de disputa.

"Se trata de una colección realmente valiosa, ya que integra a importantes artistas, muchos de renombre internacional", explica el escultor y pintor mierense José Antonio García "Llonguera", quien recientemente ha recopilado en un libro todo el patrimonio artístico del concejo de Mieres. "El museo no cuenta con obras principales de los autores, pero alberga trabajos muy meritorios de grandes firmas nacionales, como Chillida, Úrculo o Navascués, sin contar con la amplia presencia de artistas regionales, incluidos casi todos los de Mieres", remarca "Llonguera", quien también está presente en la recopilación.

La colección artística del Bernaldo de Quirós comenzó a tomar cuerpo, casi accidentalmente, a principios de la década de los setenta. En 1972 se organizó en la región el I Certamen de Pintura Joven, con exposiciones en Oviedo, Gijón, Avilés y Langreo. Mieres se quedó inicialmente fuera del circuito, ya que no contaba con unas instalaciones adecuadas para albergar la muestra. Fue entonces cuando la por entonces directora del instituto, la ya fallecida Carmen Díaz Castañón, ofreció las instalaciones del palacio de Camposagrado, lo que permitió que los cuadros se pudieran exhibir en la comarca del Caudal. A partir de ese momento, las exposiciones se sucedieron.

Por el centro pasaron las obras de Fernando Rodríguez Sáiz, Hyto Posada o José Manuel Ordóñez, hasta que en 1974 se inauguró la primera muestra permanente. Carmen Díaz Castañón tenía una idea clara en la cabeza, como subrayó el mismo día de la inauguración: "Así como la biblioteca es ya elemento insustituible en toda formación, creemos que empieza a serlo también el museo. La realidad última de la belleza es ella misma, y nuestras palabras no serán nunca más -y no es poco- que una aproximación a ella".

Díaz Castañón, profesora de Literatura muy bien relacionada en el mundo cultural de la época, consiguió a lo largo de las dos siguientes décadas que el museo del instituto creciera gracias a compras y, sobre todo, donaciones. Esta política generó en aquellos tiempos cierta polémica, ya que las voces críticas la acusaron de anteponer la expansión del museo a otras necesidades más básicas y perentorias del centro. La directora se mantuvo firme y siguió adelante con su proyecto, desoyendo a sus detractores. Su empeño rápidamente cristalizó en las viejas paredes del instituto, que se llenaron de obras de arte. Durante las últimas décadas, José Fernández, que ha dejado este año la dirección del centro tras jubilarse, siguió potenciando la muestra, aunque ya de manera más pausada, pero manteniendo ojos y brazos abiertos ante cualquier posibilidad de donación.

El museo del Bernaldo de Quirós cuenta hoy con más de doscientas obras de autores como Nicanor Piñole, Aurelio Suárez, Navascués, Rubio Camín, Pelayo Ortega, Eduardo Úrculo, Manuel Viola, José Luis Fajardo, Celso Granda, Orlando Pelayo, Marola, Vaquero Palacios, Alejandro Mieres, Antonio Suárez, Hyto Posada, Rubén Darío Velázquez, Higinio Del Valle o Rodríguez Sáiz, así como esculturas de José María Navascués, Pablo Serrano, Eusebio Sempere, Fernando Alba o José Luis Fernández.

Mención especial merece la obra gráfica en el sentido más tradicional, de gran diversidad de autores y estilos: aguafuertes, aguatintas, litografías y serigrafías de Saura, Barjola, Chillida, Torner, Mompó, Tàpies, Navascués, Lucio Muños, Quetglas, Orlando Pelayo, Guinovart, Mompó o Palazuelo.

A principios de este siglo la colección artística desbordaba la capacidad del Bernaldo de Quirós. Entonces seguro que hubiera venido muy bien contar con la Casa Duró como refuerzo. Las obras de ampliación y reforma del instituto, abordadas en 2008, permitieron sacar aulas fuera del palacio de Camposagrado habilitando espacios para el museo. La valiosa colección de arte contemporáneo se extiende actualmente por la primera y segunda planta del inmueble, aunque las obras salpican los pasillos de todo el edificio. Al otro lado de la carretera, a cien metros, la Casa Duró, vacía, observa al acecho.

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