Es la fiesta de San Martín para los de casa y la fiesta de los Humanitarios fuera de las fronteras municipales. El concejo de Aller se volcó ayer con la fiesta de la Sociedad Humanitarios de San Martín para conseguir que fuera multitudinaria, aún en día laborable para los que no son alleranos. Más de nueve mil personas, según la organización y la Policía Local, se reunieron en Moreda para ver pasar el colorido desfile de "xandes" (carrozas), bandas de gaitas y grupos folclóricos. Hubo sidra y empanada para todos, viandas repartidas entre el público por los romeros del cortejo. Porque la celebración de San Martín es la muestra más clara del espíritu de los Humanitarios: la concordia, la alegría, la solidaridad y la tradición asturiana.

Los romeros empezaron a llegar pronto para la misa, prevista para las once de la mañana. La plaza era un hormiguero cuando el popular "Caneco" entonó la puya'l ramu. Los precios de los panes de escanda oscilaron entre treinta y cien euros. La roscona alcanzó los quinientos euros. Fue para un hostelero de Oviedo con raíces en el concejo de Aller, adjudicada con un "que San Martín se la pague" coreado por miles de personas.

Finalizados los actos en la plaza , la atención se centró en la calle de La Estación. Allí esperaban las "xandes" (carrozas), listas para desfilar. Rodeadas de hombres con chaleco y montera y guerra de dengues (prenda exterior de los vestidos de asturiana) contra mantones (prenda del vestido de allerana) para las mujeres. Porque la fiesta de San Martín se vive mejor con el traje tradicional: "Yo no vengo 'sin vestir' ni un sólo año", explicó Elena Sánchez.

La allerana forma parte de la "xanda" "Tullebulle". Las "xandes" son parte del alma de la fiesta de los Humanitarios, peñas que elaboran carrozas durante semanas para que el desfile luzca cada año mejor. Y en esta edición, en la que se cumplen treinta años desde la declaración de Fiesta de Interés Nacional, hubo más invitados que nunca. "El Xareu" adornó su carroza con dos vistosos "Minions", listos para comer fabada y hacer que los villanos escaparan corriendo.

Corriendo también llegó la carroza del AVA (Alta Velocidad Asturiana). La "Vatchosera", una de las "xandes" más numerosa, reivindicó las bondades del municipio con una reproducción de la cascada de Xurbeo. En primera fila iba la "Xana" (reina) de la fiesta, en un carro tirado por dos bueyes y los cabezudos de San Martín: "Pinón" y "Telva", con traje nuevo de flores.

El cortejo siguió por la calle Hermanos Miranda y continuó por la Avenida Tartiere. Finalizó a primera hora de la tarde. En San Martín, nadie se sienta a la mesa antes de las cuatro. El menú es consistente: fabada, compango, casadielles y panchón. Por la tarde hubo juegos para los niños y, de noche, los fuegos artificiales despidieron la fiesta hasta el próximo año. Pintaron el cielo mientras la plaza bailaba la danza prima, al son del himno de los Humanitarios: "¡Qué viva San Martín, que ye'l nuestru patrón".