Existe un alto índice de árboles dañados, con claro predominio de castaños y hayas

Hayas (hojas rojas) y abedules celtibéricos (amarillas) en El Gumial (Aller).

Además de servir de base para el futuro desarrollo de una planta de biomasa, el informe elaborado por los productores forestales radiografía los montes de la comarca. Aunque por poca diferencia, no es el castaño, sino el haya la especie más común en la Montaña Central, con 10.884 hectárea de ocupación, por las 10.344 del castaño. Suman dos tercios de los bosques locales Las diferentes variedades del roble ocupan 4.606 hectáreas. Son las tres especies más comunes, con ya bastante distancia sobre el abedul, el avellano y el acebo. Por el contrario, resulta improbable encontrarse con fresnos, acacias o nogales, ya que en conjunto suman apenas dos hectáreas de terreno.

Los estudios previos realizados por la Universidad de Oviedo y recogidos en el informe apuntan que en la Montaña Central hay actualmente un alto índice de árboles dañados por la falta de cuidados y el abandono agrario de montes y fincas. Por eso los técnicos consideran que para el aprovechamiento energético de la tala controlada y sostenible se hace necesaria la "limpieza" de las explotaciones forestales (leña, ramaje, follaje, etc.), "favoreciendo el mantenimiento" en las explotaciones de los "mejores ejemplares" para usos de maderas con fines diferentes: carpintería, muebles, suelos, revestimientos, pérgolas, vigas viguetas...

El plan estratégico que ya estudian los ayuntamientos hace hincapié en los beneficios económico de los planes de biomasa, con un ahorro, ya que su precio es menor en comparación con los combustibles de residuos fósiles. "Por otro lado, ha demostrado ser un valor a prueba de recesión económica. Y eso lo está demostrando en los tiempos que corren. La producción de energía a partir de biomasa sólida no ha dejado de crecer en Europa desde el año 2000". Así, las principales ventajas económicas de la biomasa son sus costes competitivos y que contribuye a la generación de empleo. Para la biomasa sólida, en particular, tiene un gran potencial de empleo en el cuidado y recogida de la biomasa, manipulación, transporte y operaciones en plantas. También se genera empleo para fabricantes de equipos y plantillas de mantenimiento.

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