Los comerciantes de la plaza de abastos de Mieres quieren crear una asociación para disponer de una herramienta que les permita canalizar sus reivindicaciones. Las carencias que presenta la centenaria instalación han empujado a los profesionales a buscar la fuerza de la unión. "Por separado no nos hacen caso, por lo que pensamos que la solución pasa por hablar con una sola voz", señalaron ayer los portavoces del colectivo.
La plaza de abastos de Mieres es desde hace más de un siglo el principal referente comercial de la ciudad. En el interior de este gigante de hormigón, hierro y cristal más de treinta profesionales se ganan diariamente la vida dando servicio a sus vecinos. Pese a la cercanía y compartir problemas, nunca se habían planteado crear un asociación. Ahora han dado el paso. Ayer, tras el cierre de los establecimientos, se reunieron en la propia plaza. "Hay que buscar una formula que nos permita canalizar las quejas, que son muchas", señalaron. Y es que la plaza es un foco continuo de reclamaciones. Los comerciantes están muy molestos con el Ayuntamiento. El principal generador de malestar es la falta de limpieza. El colectivo está dispuestos incluso a asumir la gestión del mantenimiento de las instalaciones si el Ayuntamiento ofrece facilidades para ello: "Se podría estudiar, recibiendo alguna contraprestación, como la rebaja de los alquileres de los locales", explicaron ayer profesionales.
La falta de limpieza no es el único problema. Además, las paredes están llenas de desconchones y en la techumbre las telarañas son perfectamente visibles pese a que se elevan unos quince metros por encima del suelo. La presencia de palomas en el interior del inmueble trae de cabeza a comerciantes y clientes. A estos problemas se sumas las puertas, ya que el Ayuntamiento parece incapaz de encontrar un sistema de apertura funcional.
