Con osos no hay cacería

La guardería suspendió una montería en el concejo de Morcín, en el entorno del monte Llosorio, tras ser avistado un plantígrado por un participante

La vaca que resultó herida en Llamo, en Riosa.

Con osos no hay cacería. La Guardería del Principado suspendió hace algo más de una semana una jornada de caza en Morcín, después de que uno de los monteros de la cuadrilla asegurara que había visto un oso en el monte Llosorio. El informe oficial se ha remitido ya a la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado para abrir una investigación. La confirmación de la presencia de plantígrados en la zona supondría un hito en la recuperación de la especie, ya que el monte Llosorio no es zona de paso ni asentamiento osero.

La jornada de caza en Morcín, según relataron varios asistentes, empezó con normalidad. La cuadrilla inició el ascenso por el monte Llosorio cuando uno de los monteros, que iba delante, informó al resto del grupo: "Nos dijo que había visto un bicho muy grande, marrón oscuro, que casi seguro que era un oso", aseguraron los compañeros del montero, que prefiere mantenerse en el anonimato.

La respuesta de los cazadores fue rápida. Decidieron llamar al guarda de la zona y explicar lo ocurrido. El informe se redactó en el acto y se adoptó la medida de suspender por ese día la cacería en el lugar. La cuadrilla se trasladó a otro monte de la comarca y realizaron la actividad con normalidad. El alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, aplaudió la "responsabilidad" de los cazadores.

El regidor fue uno de los primeros en enterarse de lo ocurrido. "La guardería me ha confirmado que hubo un presunto avistamiento, aunque no podemos asegurar que el oso estuviera por allí. Únicamente lo vio una persona, pero no tenemos por qué dudar de su palabra", añadió ayer Álvarez Barbao.

Los expertos únicamente catalogan como zona de paso osero en las Cuencas al entorno de Redes y los municipios de Aller y Lena (territorios enmarcados en el conocido como corredor poblacional que conecta a las poblaciones de Oriente y Occidente). En los últimos meses, sin embargo, la presencia de los plantígrados parece haberse extendido. Hace un mes, un ganadero de Riosa denunció un ataque de plantígrado a su ganadería. Ocurrió en un monte de Llamo, cerca de la zona en la que se ha producido un nuevo avistamiento.

El ganadero afectado fue Iván Pello, un joven que encontró a una de sus vacas con una herida de consideración. Los veterinarios afirmaron que había sido causada por un plantígrado sin duda; una versión que desmintió el Principado. En sus manos está ahora una nueva investigación.

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