La Guardia Civil, con el apoyo de la Policía Local de Mieres, mantiene abierto el operativo para detener al atracador que ayer por la mañana causó un tremendo revuelo en la localidad mierense de Figaredo. El hombre, de entre 50 y 60 años, y cuya identidad aún se desconoce, se hizo ayer con un botín de apenas 500 euros tras robar a punta de pistola la sucursal bancaria de Liberbank, dándose después a la fuga. Pese a la intensidad de las pesquisas y los controles establecidos por los agentes en torno a la localidad, al cierre de esta edición, el sospechoso continuaba huido.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las nueve y media de la mañana. El atracador, un hombre corpulento, ataviado con unas gafas y con gorra, entró en la oficina, donde sólo se encontraba en ese momento un empleado. Portaba consigo un pequeño bulto, tal y como se aprecia en las imágenes de la cámara de seguridad de la sucursal. A cara descubierta, sacó un arma de fuego, que la Guardia Civil considera real, y amenazó al cajero para que le diese el dinero que tenía en la sucursal. Tras lograr el pírrico botín de unos 500 euros, salió de la oficina con tranquilidad y sin despertar sospechas entre los vecinos que se encontraban en la calle en ese momento.

El propio trabajador de la sucursal fue el que dio el aviso y la Guardia Civil se personó en cuestión de minutos. Comenzaba un intenso rastreo por la zona para tratar de interceptar al sospechoso. Los agentes contaban además con las imágenes de la cámara de seguridad de la sucursal, que ofrecieron una nítida imagen del ladrón. La fotografía fue distribuida entre los agentes para facilitar las labores de búsqueda. La Benemérita trató de lograr identificar al sospechoso, en un primer momento, a través de los vecinos de Figaredo. Les mostraron la fotografía, pero nadie en la localidad conocía al atracador. Sin embargo, algunos sí afirmaron haberlo visto. La propietaria de un establecimiento hostelero de la zona aseguró que el hombre había estado en su local un día antes, pero que no era vecino de allí. También confirmó haber visto al ladrón el camarero de la cantina de Feve, quien señaló que había estado en el establecimiento incluso una hora después de haberse producido el robo.

También con celeridad, y para evitar una posible fuga del atracador, la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local de Mieres, estableció controles en todas las salidas por carretera de Figaredo. Varias patrullas se repartieron por los accesos a la localidad desde Mieres, Ujo y Santa Cruz, así como también en el cruce que da acceso al valle de Turón. Los agentes inspeccionaban cada coche. Incluso en algunos vehículos de mayor tamaño, como furgonetas de reparto o comerciales, los agentes requerían a los conductores que abrieran el maletero o las puertas traseras. Paralelamente, la operación de búsqueda se extendió a Turón y Cenera. En ningún caso hubo resultados. La Guardia Civil continuaba anoche la búsqueda.