El gobierno de Mieres hizo ayer un llamamiento a las administraciones regional y central para desarrollar un "plan de contingencia" que ponga freno a la imparable caída demográfica del concejo. "Frenar esta hemorragia requiere del compromiso de todas las administraciones", señaló ayer el vicealcalde del municipio, Manuel Ángel Álvarez. El dirigente de IU recordó que Mieres lleva perdiendo habitantes desde el cierre de la siderurgia y el inicio del declive de la minería. "Hemos perdido demasiado tiempo en polémicas estériles que no han solucionado los problemas de la gente . Hemos desaprovechado inversiones millonarias y hay que aprender de los errores, ya que hemos dejado pasar demasiados trenes", remarcó Manuel Ángel Álvarez.
El crecimiento vegetativo explica en parte el frenético despoblamiento del concejo, que en 15 años ha perdido más de diez mil vecinos, cayendo a los 39.728 habitantes. Según las estadísticas municipales, este año, hasta el pasado 10 de diciembre, se habían contabilizado en el municipio 495 defunciones. Por contra, sólo se han registrado 139 nacimientos. Pero hay otros problema, un total de 852 mierenses se han ido en lo que va de año del municipio. Han cogido las maletas y se han instalado en otros lugares, tanto en Asturias como fuera de la región. De ellos, 62 se han visto obligados a trasladarse al extranjero, siempre según las estadísticas que maneja el Ayuntamiento.
Un total de 790 mierenses se han dado de baja en el padrón municipal este año para instalarse en otros concejos españoles. Además, otros 62 se han marchado fuera del país. Es decir, entre defunciones y traslados se han contabilizado 1.357 bajas. Más o menos, el equivalente de la población de Ujo. Ahora bien, también se han registro altas. A los ya citados 139 nacimientos, hay que sumar que otras 506 personas se han empadronado de Mieres llegadas desde otros puntos de la geografía española. Al mismo tiempo, 59 extranjeros han llegado al concejo. Sumado altas y bajas, Mieres ha perdido este año, al menos hasta el pasado día 10 de diciembre, un total de 712 vecinos. El balance demográfico deja 1.347 bajas en el padrón por 635 altas. Para frenar esta alarmante tendencia, el Ayuntamiento reclama ayuda al resto de administraciones.
