Casi un año después, los vecinos de Sotiello (Cenero) que fueron desalojados de sus viviendas tras un corrimiento de tierras podrán volver a sus casas. Ayer mismo recibieron una llamada del negociado de obras del Ayuntamiento para informarles de que pueden recoger la resolución de realojamiento, con lo que implica de autorización para regresar a sus viviendas cuando lo deseen.

Se da así carpetazo a un largo proceso que tuvo a los habitantes de nueve viviendas de este barrio de Cenero en jaque tras una subida del nivel freático por las intensas lluvias registradas a principios de febrero del año pasado. El corrimiento de tierras que se produjo entonces causó daños de consideración a un total de nueve casas, de las que dos tuvieron que ser demolidas por completo ante el estado de deterioro que presentaban.

Las otras siete han sido reparadas en los últimos meses, durante los que el Ayuntamiento ha ejecutado una obra de afianzamiento del terreno con un coste estimado de 200.00 euros. Los trabajos han consistido en la creación de una estructura de micropilotes a la altura de la carretera de acceso a Los Caños, con otra segunda barrera de contención en la antojana de las viviendas desalojadas. Con ello, los vecinos se muestran confiados en que no volverán a tener problemas, porque "la obra se hizo a conciencia", aseguran, "encantados" de regresar a sus casas aunque "con la pena de que dos de las familias se quedaron sin su casa y eso rompe un poco el barrio", señala Ángel Salas, uno de los afectados.

Hace casi un año los afectados vivieron una auténtica pesadilla con el hundimiento de parte de la calzada de acceso a las viviendas y la aparición de varias grietas que comprometían la seguridad en sus casas. El hundimiento de la ladera les obligó a dejar temporalmente sus residencias, de las que únicamente pudieron llevarse lo más necesario ante el riesgo de que las viviendas se derrumbaran. En los últimos meses han vivido realojados con familiares o en otros inmuebles, y ahora esperan "que las casas no estén en demasiado mal estado después de casi un año sin habitarlas", señalan, a la espera de regresar a partir de hoy mismo a sus casas.

El proceso se ha dilatado a lo largo de este año con la realización de un estudio geológico para diagnosticar los problemas de estabilidad del terreno y con la tramitación de una obra que se ha llevado a cabo de manera meticulosa para evitar que la ladera pueda volver a dar problemas en un futuro.