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Alumnos con mucha madera

El artesano David González imparte en La Foz de Morcín clases de talla y escultura a sesenta personas procedentes de distintas partes de Asturias

David González, cuarto por la derecha, con ocho de sus alumnos, durante una de las clases que imparte en su taller La Zuela. J. R. SILVEIRA

No es habitual que el profesor sea más joven que sus alumnos. Las habilidades en la talla y escultura de madera del artesano David González Prieto (San Sebastián de Morcín, 1973) son reconocidas en todo el sector y admiradas por los sesenta alumnos a los que imparte clase en La Foz de Morcín procedentes de los concejos de Lena, Aller, Mieres, Oviedo, Llanera, Llanes, Siero, San Martín del Rey Aurelio, Riosa y Morcín.

Entre sus discípulos, todos de mayor edad que el maestro, se encuentran funcionarios, médicos o jubilados de hasta 84 años de edad, que tallan la madera de castaño, nogal y cerezo con mucho mimo y paciencia para construir auténticas obras de arte en forma de esculturas, mesas, cuadros o muebles, tras un periodo de cuatro o cinco meses de intenso y delicado trabajo.

"No hace falta tener habilidades sino poner ganas, que te guste y mucha paciencia. Aquí correr no vale" afirma con rotundidad González, quien mamó y heredó de su padre, David, y de su abuelo materno, Ángel, el amor y la destreza en la talla de madera. A los 8 años, con una navaja y un trozo de madera, ya imitaba a sus ascendientes. Lleva veinticuatro años dando clases e instaló su taller en La Foz en 2006.

La primera gubia se la regaló su abuelo Ángel Prieto, madreñero en Quirós, con quien iba en su furgoneta DKV siendo niño a vender sus piezas por los pueblos, y fue su padre David quien le inculcó la afición y le animó y empujó para hacerse profesional y ganarse la vida con este arte. Pasó de ser una afición a convertirse en su profesión. Tiene alumnos que llevan más de veinte años con él, y definen al artesano como "muy buena persona y todo un artista que enseña lo que sabe a los demás, y sabe mucho?"

David González comenzó a dar clases de talla cuando apenas tenía 18 años. Se inició en Riosa, luego en Sotiello, en Lena, con la denominada prejubilación activa "para que no fueran al chigre", afirma el artesano. "Hay mucha demanda aunque es una afición cara ya que hay que comprar la madera y la herramienta". Sus alumnos comparten con el maestro cuatro horas en grupos de doce durante un día a la semana en el aula de La Foz. "Lo viven con mucha intensidad y están muy implicados. No faltan nunca. Si no te gusta no lo haces. Lo más difícil es plasmar en la madera la idea que tienes en la cabeza".

La Zuela, herramienta que se utiliza para construir madreñas, fue el nombre elegido por David para denominar su taller en reconocimiento y como homenaje a su abuelo madreñero.

Estos alumnos con mucha madera expondrán todos los trabajos realizados durante el año pasado el próximo 24 de enero en La Foz con motivo de la celebración del Certamen del quesu afuega'l pitu.

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