Las asociaciones vecinales de la zona sur del casco urbano de Mieres reclaman la urgente reapertura de la Casa Duró. Los portavoces de la citada plataforma, vertebrada en torno a las comunidades de la Calle Covadonga y del barrio de La Villa, sostienen que el histórico inmueble reconvertido hace dos décadas en centro artístico puede sufrir "daños de consideración" si permanece durante más tiempo sin actividad.

"Un edificio de estas características debe tener contenido", señala Manuel Prado, portavoz de las citadas asociaciones vecinales. El movimiento ciudadano detecta que la Casa Duró se está deteriorando tras cuatro años cerrada. "Es evidente que el estado de conservación se resiente con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento", matizó Prado.

El Principado y el Ayuntamiento de Mieres llevan ya más de un año trabajando en el proyecto de reapertura de la Casa Duró. En principio, las citadas administraciones apuestan por trasladar al centro la valiosa colección de arte moderno del Instituto Bernaldo de Quirós, situado a pocos metros. La idea, no obstante, no gusta a la nueva dirección del centro: "Los vecinos no estamos para alimentar polémicas, lo que pedimos es que las partes arreglen sus diferencias, si es que las hay, o que se busque otro proyectos, pero la Casa Duró debe reabrir sus puertas lo antes posible", indicó Manuel Prados. "Se trata de un centro cultural que puede ayudar a dinamizar la zona, que bien aprovechado puede dar vida a un barrio".

El gobierno de Mieres , a estas alturas, ya ha dejado claro que no renunciará a que la colección artística que atesora el instituto Bernaldo de Quirós se traslade a la clausurada Casa Duró. Pese que la nueva dirección del centro es abiertamente partidaria de que la pinacoteca siga en las dependencias educativas, los gestores de IU no valorarán otros proyectos. El Principado mantiene idéntica postura. Los dirigentes de IU no hacen oídos sordos a lo dicho por la dirección del centro, pero consideran que, por su parte, necesitan una notificación oficial antes de dar por muerto el convenio de colaboración sellado hace ya más de un año con la administración regional consultados por este diario.

La decisión de clausurar la Casa Duró, tomada hace cuatro años, respondió en su momento a una medida de ahorro económico. Se dejaron de contratar exposiciones y se prescindió del personal del centro, con un conserje externo al Consistorio. Esta polémica decisión dejó a Mieres sin uno de sus principales referentes culturales. No obstante, el centro llevaba años agonizante, con muy pocas visitas. De hecho, su clausura pasó inicialmente prácticamente desapercibida. El problema radicaba en que su mantenimiento resultaba muy costoso para su escasa proyección. El Consistorio mierense compró durante años, salvo puntuales excepciones, una obra a cada artista.