El futuro cuartel de la Guardia Civil de Mieres tendrá su entrada por la calle Siero. El espacio edificado se proyecta hacia esa parte de la parcela, dejando la zona opuesta, la que limita con avenida de Méjico, para la construcción de una pequeña zona verde. A grandes rasgos la distribución no guarda apenas diferencias con la planteada en 2009 por el Ministerio del Interior y que suscitó una airada protesta vecinal, con la creación de una plataforma contraria al proyecto. De estas quejas surgió un compromiso para alterar la planificación, respetando en la medida de lo posible la distribución del viejo cuartel, actualmente en fase de derribo. Esta discrepancia fue argumentada en su momento como motivo para posponer las obras de construcción del nuevo equipamiento, que en el mejor de los casos no será una realidad hasta 2019.

"La verdad es que el proyecto es casi idéntico al planteado inicialmente", reconoció ayer Adauto Moro, portavoz de la Asociación de Vecinos de San Pedro. Este colectivo se vio en 2009 inmerso en una guerra de comunidades, ya que una parte del barrio se movilizó intensamente contra la distribución del cuartel, aparentemente la misma que ahora se plantea sin que nadie haya levantado la voz. El propio Ayuntamiento medió con el Ministerio de Interior para que se abordaran cambios, lo que conllevo la parálisis del proyecto. Al menos, eso fue lo que se afirmó públicamente tanto desde la Administración central como desde la local.

La plataforma vecinal que en 2009 se mostró contraria a la construcción del nuevo cuartel de la Guardia Civil remitió entonces una queja al Defensor del Pueblo para pedir su mediación "ante la falta de respuesta de la Administración local a nuestras reivindicaciones sobre los perjuicios que va a causar el proyecto en la zona". En la carta los vecinos detallaban "los problemas" que provocará en el barrio del norte de Mieres la edificación de la casa cuartel. Afirman, textualmente, que "el proyecto invadirá unas zonas actualmente ocupadas por jardines, un parque infantil y aparcamientos de vehículos que llevan cincuenta años siendo espacios de uso público". En la recreación virtual del proyecto que se ejecutará finalmente, presentado el mes pasado por el delegado del gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, y por el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, el citado parque no aparece ni tampoco se respetan las actuales zonas de aparcamiento

En el escrito trasladado al Defensor del Pueblo hace un lustro los vecinos apuntaban que "tal y como está planteada la obra se producirá un impacto visual extremadamente invasor para los vecinos de las calles aledañas, que pasarán de residir en una zona abierta, ajardinada, tranquila y peatonal, a presenciar un espacio cerrado, estrecho, asfaltado y perimetrado por un muro cercano a las viviendas". En la planificación vigente no se perciben cambios. Se mantiene la citada descripción. "Todo sigue igual, con el muro y los inmuebles anexos a la calle Siero", remarcaron los responsables de la asociación de vecinos, que a lo largo de todo el proceso ha evitado posicionarse sobre la polémica. Y es que la plataforma contraria al cuartel se constituyó al margen de este colectivo, llegando a recoger alrededor de 3.000 firmas contra la obra del edificios de la Benemérita. Además, durante semanas promovieron la colocación de telas verdes en las ventanas de los edificios anexos al inmueble como medida de protesta. IU, ahora al frente del gobierno local, presentó durante su etapa en la oposición una moción pidiendo al Ministerio del Interior que modificase el proyecto del nuevo equipamiento. PSOE y PP la respaldaron.

Interior tiene previsto iniciar las obras del nuevo cuartel el próximo año. El objetivo es que el equipamiento entre en funcionamiento a lo largo de 2019.