¿Cómo podemos evitar ser atacados por un puma? ¿Y por un oso o un coyote? La mitad de los ataques de los grandes carnívoros se debe a imprudencias humanas. Así lo recoge un estudio liderado por un grupo de diecisiete investigadores procedentes de distintas partes del mundo entre los que se encuentran Vincenzo Penteriani, María del Mar Delgado y José Vicente López-Bao, de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad (UMIB), ubicada en el campus de Mieres.

El estudio da cuenta de que en los últimos sesenta años se produjeron 700 ataques documentados de seis especies de carnívoros (puma, lobo, coyote, oso pardo, oso negro, oso polar) en Estados Unidos, Canadá, Suecia, Finlandia, Rusia y España. De ellos, 350 se podrían haber evitado si sus víctimas hubieran seguido unas sencillas pautas de prevención. "Intentamos buscar patrones de ataques para encontrar soluciones", explica Penteriani, añadiendo que, de este modo, "se evitarían casos de personas heridas o muertas por ataque de estos animales, además de favorecer la conservación de estos grandes carnívoros". Sobre este último aspecto, el investigador señala que "cada vez que hay un ataque, la opinión pública percibe a los carnívoros de forma negativa, y muchos son eliminados".

¿Cuáles son las pautas a seguir para evitar ser atacado? "Son unas reglas muy sencillas, sobre todo de prevención, como no dejar solos a los niños en el campo o que si voy a un área en el que hay grandes carnívoros, evitaré salir de noche, porque en este horarios están más activos". Otra pauta es "no frecuentar áreas de grandes carnívoros con perros sin correa y, por su puesto, no acercarse a una hembra con su cría". En este sentido, Penteriani, que también trabajó en la estación Biológica de Doñana, asegura que "la educación es fundamental, no sólo para las personas que viven en el campo, sino que hay que hacer mucha prevención en la ciudad, porque mucha de esta gente urbana hace deportes al aire libre y debería saber cómo comportarse". Asimismo, el estudio también apunta que en España "sólo se produjeron doce ataques de osos en los últimos sesenta años, y ninguno de lobo", subraya. Dando cuenta de los bajos valores que hay en el país frente a otros lugares dónde se producen un mayor número de ataques, como ocurre en Estados Unidos.

Éste es el primer trabajo de esta línea de investigación que se desarrolla en la UMIB, aunque el investigador asegura que "tenemos muchos más en perspectiva". El objetivo de Penteriani es crear un grupo de trabajo con osos en la cordillera cantábrica para el que ya se han dado los primeros pasos. Junto a los investigadores de la UMIB, también firman el estudio Francesco Pinchera, Javier Naves, Alberto Fernández-Gil, Ilpo Kojola, Sauli Härkönen, Harri Norbeng, Jens Frank, José María Fedriani, Veronica Sahlén, Ole-Gunnar Stoen, Jon E. Swenson, Petter Wabakken, Mario Pellegrini y Stephen Herrero.