El fracaso de una entidad tecnológica

Los extrabajadores del Soft Computing se querellan para cobrar las indemnizaciones

El juicio contra el patronato que sostenía la entidad, en el que están el Principado y la Fundación Bancaria Cajastur, se celebrará el día 19

Uno de los despachos del centro, ya sin trabajadores, el pasado 29 de enero. FERNANDO GEIJO

Los extrabajadores del centro europeo de Soft Computing, que se ubicaba hasta el pasado 29 de enero, en el edificio de investigación del campus de Mieres, han presentado una querella contra el patronato que sostenía la entidad ante el impago de las indemnizaciones por despido que habían pactado. La demanda es colectiva e integrada por los 29 empleados que permanecían en las instalaciones en esta última etapa. El juicio está fijado para el día 19 y se celebrará en Mieres. Entre los demandados están el Principado y la Fundación Bancaria Cajastur, que eran los principales integrantes del patronato.

Tal y como ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, la plantilla decidió presentar la querella al comprobar que ninguno de los trabajadores había percibido la indemnización pactada, aunque sí la liquidación. Los ceses se habían realizado de forma escalonada a lo largo del mes de enero y los trabajadores tenían que haber recibido entonces la compensación, pero nunca la recibieron. Entonces optaron por esperar hasta el cierre del centro a final del mes, aunque no tenían demasiadas esperanzas. De hecho, los empleados ya manifestaron públicamente su temor de lo que finalmente ocurrió. La grave situación económica del centro les hacía pensar que era difícil que el patronato cumpliese su compromiso. Cosa distinta hubiera sido que los patronos obtuviesen el dinero para abonar las indemnizaciones por otras vías de financiación a las que sí tienen acceso tanto el Principado como la Fundación Bancaria Cajastur. La única información que tienen los miembros de la plantilla en la actualidad es que hay un compromiso verbal de que el dinero podrían percibirlo a mediados de este mes. En ese caso, se retiraría la querella y el juicio no llegaría a celebrarse. Mientras tanto, el proceso se mantiene abierto en los tribunales hasta que se encuentre una solución.

Las instalaciones ubicadas en el edificio de investigación del campus de Mieres están en proceso de desmantelación. Ya han desaparecido los carteles que los propios trabajadores habían colocado en las ventanas del inmueble como medida de protesta por el cierre.

La desaparición de la entidad dejó al campus de Mieres un poco más huérfano. El centro, "que ha puesto a Mieres en el mapa", como habían asegurado en más de una ocasión desde la Corporación de Mieres, acabó cerrando debido a su grave situación económica. La Fundación Bancaria Cajastur, impulsora de la entidad, decidió el año pasado dejar de abonar las cantidades que hasta ahora estaba invirtiendo en el centro. También el Principado, su otro gran patrono, obligó al centro a devolver casi 800.000 euros por unas ayudas previamente concedidas porque incumplían las normas para su concesión. Aún así, el consejero de Empleo, Industria y Turismo, Francisco Blanco, había defendido en la Junta General del Principado que el Gobierno seguía apostando por la entidad y que incluso estaba dispuesto a realizar un esfuerzo económico para garantizar su viabilidad, aunque de nada sirvió.

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