La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) eleva hasta 395 el número de reses perdidas el año pasado debido al ataque de los cánidos. Estiman que el coste económico de estos daños asciende a 87.000 euros. En este contexto, los profesionales manifestaron ayer su malestar por la tardanza del Principado en tramitar las compensaciones. De hecho, los ganaderos sostienen que están percibiendo actualmente las indemnizaciones correspondientes al primer trimestre de 2015. Es decir, la Administración regional está pagando con un año de retraso.

"El presidente del Principado, Javier Fernández, nos dijo durante la última campaña electoral autonómica que se pagarían en quince días, pero por lo visto lo que quería decir es que se haría en quince meses", señaló ayer el portavoz de Agall, Chus García. El sector está muy molesto: "El Principado únicamente está asumiendo en torno al 20 por ciento de las indemnizaciones reclamas y en cima paga muy tarde". Los afectados remarcan igualmente que la cobertura únicamente atiende a la pérdida generada por la muerte de animales: "No se tienen en cuenta los transportes ni las atenciones sanitarias que generan las reses que son heridas".

Los ganaderos de la comarca del Caudal llevan ya un tiempo reclamando a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales que el lobo sea una especie cinegética. Los productores consideran que permitir la caza de cánidos sería la solución para su sector y también para el Principado, que obtendría fondos de las cacerías para indemnizar los daños que provocan los lobos en las ganaderías domésticas. El problema es que la actual tendencia parece ir en la dirección contraria de lo que reclaman los ganaderos, en este caso, de Mieres, Lena, Morcín y Riosa. Así, los productores de la zona acusan al Principado de no haber cumplido con su plan de batidas para controlar la población del lobo en el territorio. Una "nueva falta de compromiso", afirman, que se ha traducido en el peor balance de los últimos años. Durante 2015, los ganaderos del Caudal perdieron casi 400 animales por ataques de cánidos. "A esta cifra habría que sumar otro centenar de reses muertas en Aller", afirmaron ayer. La cifra llegaría entonces al medio millar.