Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Archivo Histórico de Carreño tiene ante sí la oportunidad de ser protagonista de uno de esos capítulos que se encuentran entre sus tomos. Con la finalización de las obras de ampliación de la biblioteca municipal en Candás, el archivo encontrará finalmente su lugar en un espacio acondicionado para albergar cuidadosamente la documentación que contiene.

Con ello se pondrá final a diversas vicisitudes que han pasado a lo largo de su historia, a pesar de las cuales ha llegado hasta el siglo XXI cargado de un buen equipaje. Lugar recurrido por los investigadores en la actualidad, el legado documental de Carreño, antaño olvidado, tiene su propia historia que contar.

No existen datos exactos sobre la antigüedad del archivo carreñense. Los primeros documentos se remontan a 1587. Se trata de un acta de un Pleno del Ayuntamiento de Carreño que se encuentra archivada en la actualidad en un espacio situado en la planta superior del Ayuntamiento «viejo», en las dependencias de la Mancomunidad del Cabo Peñas.

El archivo carreñense se encuentra repartido entre el sótano del nuevo Ayuntamiento y en la citada planta superior de la Mancomunidad de Peñas, así como en su buhardilla. Es en este emblemático lugar, oculto tras la esfera del reloj de este viejo edificio, donde se almacenan algunos de los documentos más antiguos del concejo.

La mayor parte del archivo lo conforman las actas, solicitudes y expedientes que forman parte de la vida diaria municipal. Documentos en los que, con el paso del tiempo, se recogen datos que sirven de referencia histórica. Existe constancia de inventarios de documentación municipal fechados desde comienzos del siglo XX. Sin embargo, la verdadera labor archivística no surgió en Carreño hasta que así le fue encargada al historiador local Manuel Ramón Rodríguez, quién se ocupó de ello hasta 1995 de forma específica. Hasta ese año, el archivo permaneció almacenado en la casa del escultor Antón.

Reparto

En 1995 se encargó una asistencia técnica para el archivo, cuya primera medida supone el traslado de la documentación al Ayuntamiento «viejo». Posteriormente, con la construcción del nuevo Consistorio, parte del legado fue trasladado al nuevo espacio administrativo. Ya en el año 2002 se inició la labor profesional de María del Carmen Cantero, archivera municipal hasta hoy en día. Con ella continúa la labor de inventariado y se pone en marcha un programa de restauración.

Según María del Carmen Cantero, los criterios seguidos para la elección del material cuya restauración urge más son la antigüedad, el interés colectivo, además del estado en el que los documentos se encuentren. Los problemas que afectan a esta documentación son principalmente de humedad y moho, que en algunos casos puede resultar irrecuperable.

El Archivo Histórico vive, en la actualidad, un momento álgido en cuanto a la búsqueda de antepasados por parte de inmigrantes, mayormente cubanos, que revisan la documentación municipal histórica en busca de sus orígenes. Al tiempo, los documentos afrontan un momento clave que puede asegurar su futuro si, por fin, encuentran un hogar definitivo.