Meres,

Manuel NOVAL MORO

El santuario de la Virgen de la Cabeza de Meres volvió a ser escenario de una de las celebraciones religiosas que más devoción despiertan en el concejo de Siero: la misa y procesión en honor de la patrona, que contó con la asistencia de cerca de dos mil personas.

Es ésta una fiesta con un tiempo inestable, y no es raro que caiga la lluvia, incluso con saña, en su día grande. De ahí que mucha gente venga preparada con paraguas, por lo que pueda pasar. En la jornada de ayer, los paraguas sirvieron, pero no para cubrir a los devotos de la lluvia, sino del sol. Hizo un día radiante, podría decirse que demasiado, a juzgar por las numerosas intervenciones de la Cruz Roja para atender a personas que sufrían desmayos o leves conmociones provocadas por el calor. Pero ninguna fue grave y todo el mundo pudo disfrutar de la fiesta.

Como es costumbre, después de varias misas en honor de la Virgen de la Cabeza en la ermita de Meres, al mediodía llegó la celebración más multitudinaria, con la presencia de la imagen de la Virgen, acompañada por la Banda de Gaitas Xiranda, de Colloto. Ofició la misa el párroco de Cabrales, Pedro Fernández Gonzalo, acompañado de varios curas de parroquias sierenses. Tras la misa solemne, llegó la hora de la procesión. La imagen de la Virgen fue llevada en andas por los terrenos del santuario, alrededor de la capilla, transportada por grupos de mujeres en varios turnos, para que pudieran tener el honor de acarrearla el mayor número posible. La banda de gaitas abrió la procesión.

Con esta celebración religiosa llegó un año más el momento álgido de una fiesta, que tiene su base en una larga tradición. La Virgen de la Cabeza tiene una advocación en Meres desde antes de 1647, fecha en la que aparece testimoniada la fundación de la capellanía en su honor.

La Virgen de la Cabeza tiene su santuario original en la localidad de Andújar, en la provincia de Jaén. Según la tradición, en el año 1227 Nuestra Señora se le apareció a un pastor manco en el cerro del Cabezo, de ahí su nombre, que gracias a un milagro recuperó su brazo.

Y si la tradición en Meres es muy antigua, la pervivencia y auge de la fiesta se debe en buena parte a Avelino Fernández, «El Rilu», que ha estado al frente de la comisión de festejos durante más de 25 años, y que, junto con su equipo, trabaja para que la Virgen de la Cabeza se mantenga como una de las citas más importantes del concejo.