Nava,

R. L. MURIAS/

Franco TORRE

La sidra no sabe igual si se bebe más allá del túnel del Negrón, dice el dicho popular, y tampoco va a saber igual si los culines del Festival de la sidra de Nava se echan fuera de su entorno natural, la plaza del pueblo. La noticia de que el Ayuntamiento quiere trasladar este año parte de los actos de este tradicional encuentro a una carpa que se instalará en la zona del Tornín, a las afueras de la villa, no gusta a la mayoría de los navetos, que quieren que el festival siga celebrándose en la plaza del Ayuntamiento, donde nació.

Elena Fernández es de Bimenes pero trabaja en Nava y disfruta del Festival de la sidra cada año. «A mí no me gusta nada que se lleven el festival del pueblo, es una tradición y las tradiciones hay que respetarlas para que se mantengan. Yo soy jardinera y, aunque después de esos días, tenga que reponer todos los jarrones y plantas, no me importa, lo hago encantada». Elena Fernández tiene 21 años, pero la misma opinión que ella la comparten Gloria Díaz y Yolanda Torga, que ya pasan de los 65. «Es que a la gente ahora le molesta hasta la campana de la iglesia», dice Yolanda Torga, quien no lo entiende:«¿Cómo a alguien se le puede ocurrir sacar las fiestas del pueblo? Con todo el trabajo que ha costado echar a andar el festival».

Dice Gloria Díaz, vecina de Nava, que ella no suele ir al festival, pero que eso no tiene que ver para que «la gente joven y todo el mundo que quiera se acerque a la plaza y los disfrute, como fue toda la vida ¡que coñe!». Las dos vecinas navetas lo tienen claro: «Como sigamos así vamos a tener que estar en silencio hasta en casa, es como si el cura va a hacer la misa a otro lado porque están haciendo ruido en la plaza».

Llevarse fuera el Festival de la sidra tampoco ha sentado bien a los hosteleros, aunque hay matices. Ángel Hevia es propietario del bar La Florida, uno de los dos establecimientos ubicados en la plaza del Ayuntamiento. A Hevia la idea no le parece mal del todo porque cree que en los últimos años el Festival de la sidra había perdido parte de su esencia. «Este es ya un "botellón", lo mejor es que los jóvenes vayan a divertirse a las afueras y que aquí pueda quedarse al gente a disfrutar de la buena sidra a precios asequibles. Aunque espero que todos tengamos igualdad de oportunidades y que no se nos perjudique porque nosotros estamos aquí trabajando todo el año». Más pesimista que Hevia se muestra su compañero, Luis Prieto, propietario de la sidrería La PLaza. «Vamos a tener que dedicarnos a otra cosa, si nos quitan el festival nos van a perjudicar mucho y encima todavía nadie nos ha explicado nada de los cambios».El alcalde de Nava, el socialista Claudio Escobio, ha querido mantener la calma en la villa y explica que lo que se pretende es que los jóvenes disfruten en la nueva carpa y el resto de la gente lo haga en la villa. Eso sí, el Ayuntamiento ya ha dejado claro que no se va a permitir a los hosteleros de la plaza que pongan barras fuera y que sólo podrán disponer de terrazas. Asturianistas Por Nava también ha querido manifestar su oposición a la medida. «Si cambian el festival se arrepentirán, el Festival de la sidra va a perder toda su gracia», asevera Enedina Rayón, vecina de Llames, al conocer la noticia. «Que dejen de llevar la música al cementerio, que las fiestas son para los vivos», remata Gloria Díaz.