Manuel NOVAL MORO

Pola de Siero,

¿Se podía haber evitado? Ésta es la pregunta que, inevitablemente, se hacían ayer los afectados por las inundaciones que una fuerte tormenta de lluvia y granizo provocó en varias calles de Pola de Siero el lunes.

Una de las zonas más perjudicadas fue la calle de Celleruelo en su entronque con Florencio Rodríguez, donde el agua entró en un portal, una entidad bancaria y un bar, y a punto estuvo de colarse en una farmacia. No es la primera vez que estos establecimientos sufren las inundaciones. Una vecina del portal se quejaba de la situación, que parece que siempre les toca cuando hay lluvia abundante: «Nos quedamos atrapados en casa. Mi hijo iba a salir a la calle y tuvo que dar la vuelta, porque el agua había llegado hasta el primer peldaño de la escalera del portal».

Las quejas en esta calle eran más encendidas si cabe, por el hecho de que muy recientemente se cambió todo el sistema de desagües de la calle, y todos albergaban la esperanza de que las inundaciones se acabasen de una vez. Pero no fue así. Al contrario, nadie recuerda que el agua llegara tan lejos, porque llegó a invadir la calle Florencio Rodríguez y también la de Enrique II.

En este caso, sin embargo, parece que las infraestructuras eran las adecuadas. Según explicó el concejal de Infraestructuras, Octavio Serrano, la sección de la tubería antes de la reforma era de 300 centímetros, y tras la rehabilitación es de 800, casi el triple. Pero cayó tantísima agua (llovió y granizó con muchísima intensidad durante cerca de una hora) que era imposible que la canalización pudiera con ella, y rebosó. También hay que tener en cuenta que un río subterráneo cruza transversalmente la calle hacia Pedro Vigil, con un caudal multiplicado también por las lluvias. También las glorietas de la calle Alcalde Parrondo se vieron rebosadas por el temporal, y los desagües no fueron suficientes. Pero fue remitir la tormenta y en cerca de un cuarto de hora ya no había agua en las calles. Y los servicios municipales se encargaron de borrar todas sus huellas trabajando en la limpieza de las calles hasta las nueve de la noche.

Lejos del centro urbano, en el polígono de La Tejera, ocurrió la inundación más grave provocada por el temporal. La carpintería Zarabozo se vio invadida por una enorme cortina de agua de veinte metros de ancho, provocada por el desbordamiento de un canalón. El dueño de la empresa, Alejandro Zarabozo, explicó que «por la tarde había diez personas aquí achicando agua, intentando parar los daños». Aun así, varios muebles se echaron a perder y unas cuantas máquinas han debido ser reparadas. El taller estaba todavía parado ayer, y por la tarde seguían los trabajos de reparación de los numerosos daños.

A media tarde de ayer comenzó a llover de nuevo intensamente, y todos los afectados experimentaron cierta inquietud. Sin embargo, no hubo que lamentar nuevos daños. Por suerte, se trataba sólo de un día más de lluvia intensa, y no del diluvio del día anterior.