Grado,

V. DÍAZ PEÑAS

Si la cultura tradicional que se transmite oralmente no queda plasmada y recogida en algún lugar llega a desaparecer junto a las personas que la usan. Así al menos lo entiende Álvaro Valdés Díaz, un moscón que presentó esta semana un libro sobre el bron, una jerga utilizada en la parroquia de San Juan de Villapañada. El libro, publicado por ediciones La Cruz de Grado, recoge más de mil palabras utilizadas en esta jerga y es además un recorrido por la historia y la cultura de San Juan, pueblo natal del autor.

Como explica Valdés, la idea de estudiar y dejar patente la existencia del bron en San Juan nace en el año 2002, fecha en la que José Manuel Feito organiza unas conferencias sobre las lenguas gremiales en Avilés. En estas jornadas, el moscón participó hablando del bron, una lengua gremial utilizada por los caldereros del barrio avilesino de Miranda, pero que también fue utilizada en la parroquia moscona. Más tarde llegaron los trabajos de campo y las constantes investigaciones sobre el tema, hasta que finalmente pudo ver publicado el libro.

La jerga utilizada por los caldereros de Miranda llegó a Grado gracias a dos de estas familias gremiales que se instalaron en la parroquia de San Juan de Villapañada. Como señala Valdés, cuando los caldereros desaparecieron, este peculiar lenguaje comenzó a utilizarse por los tratantes de esta parroquia que cruza el Camino de Santiago. Era, además de un medio de comunicación, una especie de método de defensa y supervivencia.

«Normalmente el bron lo utilizaban los tratantes de ganado para comunicarse entre sus familias o para sus tratos a la hora de vender ganado. Era un método de defensa que podían usar para comunicarse entre ellos, e incluso lo podían utilizar para vender a un mejor precio, hablando entre ellos sin que el resto de personas pudiera entender nada», explica este moscón, que además es autor de diversos trabajos etnográficos sobre el concejo de Grado.

Pero poco a poco fueron desapareciendo los tratantes y con ellos la utilización de este lenguaje. En la actualidad, como señala el autor del libro, tan sólo las personas de 80 o 90 años reconocen el significado de las palabras. Sólo ellos conocen a fondo esta jerga que, sin embargo, se ha perdido entre los más jóvenes. De ahí la necesidad de recoger en una publicación la historia y el vocabulario de esta lengua gremial ante el riesgo de que caiga definitivamente en el olvido.

Para ello, Álvaro Valdés tuvo que llevar a cabo un intenso trabajo de campo por las casas de la parroquia que le vio nacer. Recopiló las más de mil palabras que se utilizaban en Grado y en Avilés y añadió otras cuarenta que sólo tenían traducción en la parroquia moscona. Y lo publicó para que quedara recogido para los anales de la historia. «La mayoría de la gente que conoce esta jerga es mayor, y cuando ellos desaparezcan ya no quedarán testimonios vivos del bron de San Juan. De no haber quedado recogido en un libro se perdería definitivamente», señaló el escritor moscón.

Ahora, con el libro entre sus manos, considera que se ha hecho realidad uno de sus sueños. Su amor y cariño hacia su pueblo le han llevado a publicar esta obra, que de momento está teniendo una buena acogida en el concejo de Grado. Pero no será lo último que estudie. De momento ya tiene en mente futuros proyectos, como uno que tiene que ver con los «aguinaldeiros» de San Juan de Villapañada. Pero esto será otra historia.