Noreña,

Franco TORRE

El Ayuntamiento de Noreña inaugura esta tarde una muestra en torno a los represaliados durante la Guerra Civil y la posguerra, con la que pretende abrir el debate en torno a la aplicación de la ley de Memoria Histórica. El acto de inauguración se celebrará en la Casa de Cultura de la localidad, a las 20.00 horas, y la exposición, organizada por la asociación Todos los Nombres, podrá visitarse en las instalaciones del antiguo depósito del agua, hasta el próximo 28 de mayo. No obstante, el mero anuncio de la exposición ya ha logrado abrir el debate en torno a las calles de Noreña y los símbolos franquistas presentes en la localidad.

El caso más emblemático, dentro del callejero noreñense, es el de los Jardines de José Antonio. Construidos en 1930, según el diseño del arquitecto Francisco Casariego, su primera denominación fue Jardines del Círculo Católico, al estar realizados en la plazoleta situada frente a la sede del Círculo Católico de Obreros. Ya en la posguerra, el inmueble fue remodelado y ampliado para albergar el nuevo Ayuntamiento, obra del arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo, y los jardines pasaron a tomar el nombre del fundador de Falange Española.

En principio, el cambio de denominación de los jardines no debería suponer ninguna polémica. Aparte de la manifiesta filiación ideológica que trae aparejada la denominación, los jardines son popularmente conocidos por otro nombre. «Todo el mundo los llama Jardines del Ayuntamiento, el nombre de José Antonio está en desuso y tampoco dice nada a la gente hoy día», señala al respecto Miguel Ángel Fuente, quien compara la situación con el cambio de denominación durante la transición de la plaza del Generalísimo, hoy denominada de la Constitución.

En una situación similar se encontraría la calle Fernández Ladreda, dedicada al militar sierense que ocupó la Alcaldía ovetense y el cargo de ministro de Obras Públicas durante la dictadura. Pero más compleja es la dedicación de una calle a otro ministro franquista, Camilo Alonso Vega, quien tiene fuertes vínculos con la localidad debido a su matrimonio con Ramona Rodríguez Bustelo. En este caso, Fuente considera que «el pueblo de Noreña está muy agradecido a lo que hizo Camilo Alonso, que promocionó muchas obras, y cuya vinculación con la villa es anterior al 36».

Una opinión similar es la del estudioso local José Manuel Fanjul, autor de «Noreña entrañable», quien considera que «es una persona que toda la vida ayudó a los noreñenses, y durante la República ya destacó en su defensa de los intereses de los noreñenses». Para Fanjul, la dedicación de la calle a Camilo Alonso no puede compararse a la de Fernández Ladreda, «que sí fue una decisión un poco más rara, ya que no tiene esa estrecha vinculación con el pueblo».

Además de una calle, a Camilo Alonso también se le dedicó en su momento el instituto, de cuya implantación en la localidad fue responsable directo. En este caso, el antiguo bedel del centro Antonio Miñarro señala que «hace años que no se usa esa denominación, que se cambió por el genérico IES de Noreña, aunque es posible que en algunos sitios figure así». Miñarro, que es partidario de la aplicación de la ley en los otros supuestos, mantiene sus dudas respecto a Camilo Alonso. «Fernández Ladreda hay que eliminarla, pero con Camilo Alonso tengo reparos, porque es cierto que hizo muchas cosas», señala.

El cambio con el que Miñarro está en contra es el del campo de fútbol, llamado Alejandro Ortea en honor a un alcalde de la localidad en su época. «Yo conocí a Ortea, y la verdad es que no creo que deba quitarse su nombre sólo porque fue alcalde en la época. Habría que analizar sus méritos cuando ocupó el cargo», considera Miñarro.

Esta argumentación coincide con la de Borja Ortea, portavoz de IU-PC, la fuerza política de la oposición que se ha mostrado más activa en la defensa de la ley. «En casos como ése, habrá que llevarlos a comisión y ver los méritos y deméritos de cada uno», apunta Ortea. Sin embargo, el edil ya anticipa la postura que tomará su agrupación en el debate en torno a Camilo Alonso. «Cuando le distinguieron en el 39 no fue precisamente por ser hijo predilecto, sino por lo que había hecho en la guerra», argumenta Ortea, quien añade que la ley «es algo que se tenía que haber hecho hace 30 años».

El coruñés Camilo Alonso Vega (1889-1971) fue uno de los militares más activos durante la sublevación de 1936, encabezando a los insurgentes en la provincia de Álava. Tras la guerra, ocupó diversos cargos de importancia en el régimen, entre los que destacan el de director general de la Guardia Civil (1943-1955) y el de ministro de la Gobernación (1957-1969). Casado con una noreñense, impulsó diversas obras en la Villa Condal -en la foto, la calle- e incluso tenía residencia en la localidad.

Hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, José Antonio Primo de Rivera (1903-1936) fue fundador y dirigente de Falange Española. Fusilado durante los compases iniciales de la Guerra Civil por las tropas leales a la República, el político fue un referente para el régimen franquista. En la posguerra se puso su nombre a los jardines situados frente al Ayuntamiento de Noreña -en la imagen-, aunque actualmente se conocen popularmente como jardines del Ayuntamiento.