Carbayín,

Manuel NOVAL MORO

Los residentes en los portales 9, 10 y 11 de la barriada de Pumarabule, en Carbayín Bajo, volvieron ayer a sufrir un nuevo sobresalto con el hallazgo de nuevas grietas en los trasteros. Se trata de edificios mal asentados que vienen sufriendo problemas desde hace unos ocho años y para los que sus cerca de cincuenta vecinos vienen pidiendo soluciones, sin éxito.

Uno de los vecinos, David Feito, escuchó el sonido del crujido que provocó la grieta, sin asociarlo al problema. «Estaba haciendo la comida cuando oí el ruido, y no le di importancia, pero dio la casualidad de que a las tres tuve que bajar al sótano y vi los cascotes en el suelo, una grieta muy grande y la pared caída», relató.

Avisó entonces al resto de vecinos y también a los servicios de emergencia. Acudieron una unidad de Bomberos y agentes de la Policía Local. En último lugar llegó el edil de Urbanismo, Julio Carretero, con una técnico municipal, para hacer un informe sobre el estado de las viviendas que se enviará a la Dirección General de Vivienda. El presidente de la Asociación de Vecinos «La Malpica», Víctor Fernández, dijo que el problema lleva arrastrándose desde hace años y nadie hace nada, e instó a la consejera de Vivienda y Bienestar Social, Noemí Martín, y al director general de Vivienda, Manuel González Orviz, a que visitaran la zona.

Dos vecinos del número 10, Pergentina Montes y Manuel González, mostraron su preocupación por la aparición de las grietas y el creciente deterioro de la vivienda. «Llevo muchos años aquí, y esto está edificado encima de una llamarga», asegura Pergentina, que confiesa que tiene miedo a estar en su casa. Lo mismo que Manuel, que tiene en su casa grietas «desde hace tres años». Carretero ofreció a los vecinos que teman quedarse en sus casas el realojo provisional en un hotel hasta que tengan mayor seguridad. Algunos han optado por vivir en casa de familiares.