Ables (Llanera), G. BENGOA

Después de ayer ya no debe quedar ningún empadronado en Llanera que desconozca lo que sucedió en sus tierras en 1408, cuando los vecinos se ganaron el castigo de la Iglesia por rechazar el pago de unos tributos que consideraban injustos. Cuatro años más tarde, cambio de obispo de Oviedo mediante, los «rebeldes» hubieron de ganarse el perdón peregrinando hasta la catedral vestidos con un saco, con ceniza en la cabeza y una soga al cuello. Los llanerenses representaron estos hechos históricos en sus fiestas de los Exconxuraos, que aderezaron con buena comida, música, justas medievales y un mercado para convertirlas en un auténtico éxito. El equipo de gobierno espera haberse ganado la declaración de fiesta de interés turístico regional tras esta décima edición.

El acto central del festejo tuvo lugar al mediodía, cuando se recreó el desfile de penitencia, en el que Corporación y vecinos, vestidos con sacos y una soga al cuello, llegaron caminando al recinto ferial para asistir a la lectura del pregón. El encargado de hacerlo fue el periodista de LA NUEVA ESPAÑA Pablo Álvarez, natural de Posada de Llanera, quien calificó la fiesta de los Exconxuraos como «una auténtica red social», más allá de otras como Facebook o Twitter, por la aceptación que ha conseguido entre los vecinos pese a contar con sólo diez años de vida.

Álvarez destacó la actitud de los llanerenses en este capítulo de su historia, y señaló que también hoy existen «motivos para la rebelión, y abundantes». Más concretamente, propuso una rebelión «contra el refalfiu, la incomunicación y las prisas».

El periodista local también habló del progreso «incuestionable» experimentado en las últimas décadas por Llanera y de las ventajas de su desarrollo socioeconómico y su calidad de vida. Su pregón fue emocionado, recordando su infancia y juventud en Llanera y sus intentos frustrados como futbolista.

Tras el pregón hubo misa, actuación de grupos folclóricos, y por la tarde se representaron unas justas medievales. Por la noche, la actuación de un grupo en la cresta de la ola, «Fórmula V», puso el broche a los festejos.

El sábado se celebró la tradicional cena medieval, a la que asistieron novecientas personas. Los comensales (sobre estas líneas), vestidos para la ocasión, degustaron un menú a base de ensalada, cordero a la estaca y el dulce «Llambiona». A la cena asistió el cantante venezolano Carlos Baute, que después deleitó con su actuación (foto de la izquierda), informa G. B.