Tazones (Villaviciosa),

Mariola MENÉNDEZ

Como cada año (y ya van doce) se produce el encuentro entre el pueblo bretón de Glomel, el irlandés de Camp y el asturiano de Tazones. En esta ocasión, la cita tiene lugar en la villa marinera maliayesa, que recibió a un grupo de 54 personas este fin de semana y les ha organizado una amena y fructífera estancia hasta el próximo sábado.

El objetivo de los encuentros entre estas tres localidades hermanadas es «compartir nuestra cultura celta, y cada día descubrimos que tenemos más cosas en común», señala una de las promotoras de esta iniciativa, Cristina Carneado. Esta tazonera remarca la identidad de estos pueblos y da un ejemplo gastronómico de las similitudes que les unen: «Nuestras fayuelas son sus creps y también utilizan las patatas fritas como acompañamiento de muchos platos». En otro tipo de costumbres coinciden en que los bretones y los irlandeses también tenían la tradición de construir un templo próximo a un tejo, señala Carneado, quien añade que muchas especies de flora y de fauna de estos lugares guardan razonables parecidos entre sí.

«Tenemos mucha afinidad con ellos», remarca Cristina Carneado, y para compartirla, en cada viaje (un año a cada localidad hermanada) se hospedan en los domicilios de las familias participantes en este encuentro entre culturas, lo que les permite empaparse mejor de las costumbres y las tradiciones de los lugares.

Estos días, en Tazones tienen asegurada la diversión y el entretenimiento. El fin de semana, además de asistir a la misa dominical en la iglesia de la villa marinera, realizaron una excursión al faro de la localidad y a otros puntos del oriente asturiano. Ayer, su destino fue Gijón, donde pasearon por el Jardín Botánico Atlántico y visitaron el Acuario y la Universidad Laboral. Por las noches se reúnen para compartir cantos y bailes.