Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Fieles a su cita de los lunes, los trabajadores de la conservera Albo se concentraron ayer a las puertas de la fábrica candasina, en una jornada que registró una nueva reunión entre sindicatos y patronal, en la cual los primeros comunicaron su intención de valorar los traslados propuestos por la empresa como despidos improcedentes, de forma que puedan negociarse indemnizaciones. Los trabajadores mantienen su oposición tanto al cierre de la factoría como a los traslados a la planta de Vigo e, incluso, ya se ha planteado a la firma que negocie la prejubilación de ocho trabajadores con una edad superior a los 58 años.

Los sindicatos UGT y CC OO mostraron ayer su incomprensión hacia la actitud de la empresa, que sigue sin dar respuesta a las dudas planteadas por los trabajadores. «Les pedimos que aportasen documentación que justificase si las ratios de producción bajas a las que aluden se circunscriben a la planta de Candás o si esa es la tónica general del grupo, pero no ha habido respuesta», decía ayer la representante de UGT Marisa Gómez. Según indicaron los sindicatos, en la reunión mantenida ayer por la mañana en las dependencias de Albo en Candás la empresa les consultó «cuál es la cantidad de trabajadores que tiene pensado acogerse a los traslados».

Mientras el período de negociaciones se amplía hasta el próximo día 16, la presión social contraria al cierre de la conservera sigue aumentando en Candás. El número de concentrados ayer se incrementó hasta alcanzar los tres centenares de personas, entre ellas una amplia representación municipal, con el alcalde, Ángel Riego, a la cabeza. El momento culminante de las movilizaciones de los trabajadores de Albo tendrá lugar el próximo domingo, día 12, para cuando está convocada una manifestación que partirá del puerto de la villa y que recorrerá sus principales calles, a partir de las doce del mediodía.