Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Era un domingo playero, y en horario de misa, pero aún así los trabajadores de Albo consiguieron movilizar a más de mil candasinos para protestar por el cierre de la conservera Albo. El éxito de la manifestación, convocada por los sindicatos, puso de relieve la sensibilidad de la villa marinera a menos de un mes del cierre de la centenaria empresa bonitera. Los manifestantes partieron del muelle hasta la plaza del Ayuntamiento, donde los sindicatos plantearon un boicot a la empresa en la Feria de la conserva de Candás, que tendrá lugar a partir del jueves. Es decir, que nadie compre los productos de Albo.

La marcha se celebró puntual a la cita, ya que partió del muelle a las doce en punto. Los manifestantes, encabezados por las trabajadoras de la conservera, recorrieron las principales calles de la villa, Braulio Busto y Valdés Pumarino, para desembocar en la plaza del Cueto, y posteriormente pasaron por el Ayuntamiento, donde se leyeron varios comunicados contra el cierre de la factoría.

Fue la secretaria general de agroalimentación de UGT María Luisa Gómez quien planteó el boicot a Albo en la próxima Feria de la conserva de Candás, que se celebrará desde el próximo jueves hasta el domingo. Una feria que se compone de varios expositores dedicados a la venta de conservas, y cuya primera solicitud de instalación este año provino de la empresa de Carlos Albo.

Pero la idea de no comprar productos Albo no fue la única planteada por los sindicatos, que también mostraron su desacuerdo por el nombre impuesto a la calle Carlos Albo Kay. Los sindicatos explicaron con ironía que esta vía debería llamarse «calle de la dignidad», ya que es donde se encuentran las instalaciones de la empresa. José Antonio Iglesias, secretario de CC OO, pidió «garantías para los fijos discontinuos que sólo encontrarán trabajo dos meses en Vigo».