Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Los sindicatos y la dirección de Albo llegaron ayer por la tarde a un principio de acuerdo para trasladar a Vigo a los trabajadores de la planta candasina de la empresa conservera una vez que se produzca el cese de la actividad en el centro asturiano. La clausura se materializará finalmente el 17 de agosto, y no el 31 de julio, según señalaron los sindicatos al finalizar la reunión, de forma que puedan cumplirse los plazos establecidos por ley para los traslados. Los pormenores del acuerdo serán comunicados a la plantilla mañana en una asamblea que se celebrará en el teatro Prendes de Candás. Este pacto, que aún debe ser rubricado formalmente por la asamblea, incluye «las condiciones de traslado de los trabajadores que acepten dicha medida y las condiciones económicas para aquellos que lo rechacen», según señaló María Luisa Gómez, secretaria de UGT.

Los sindicatos, no obstante, no renuncian al que continúa siendo el primero de los objetivos que se fijaron al inicio de las negociaciones con la empresa: evitar el cierre de Albo en Candás. Así lo confirmaba al salir de la reunión el secretario de Comisiones Obreras, José Antonio Iglesias, para quien «reubicar la fábrica candasina es la primera reivindicación y todavía no ha sido atendida por la empresa». «Creemos que todavía está pendiente el encuentro entre Albo y el Principado», afirma Iglesias, «y debería producirse para explorar nuestras peticiones, ya que la pérdida de actividad conservera en la región aún es un tema a debatir», apostilló el dirigente sindical.

Así las cosas, y a expensas de lo que suceda mañana en el transcurso de esa asamblea entre sindicatos y trabajadores y de la posibilidad de que el Principado intervenga en la negociación, Albo cerrará sus puertas en Candás el próximo 17 de agosto, dejando en una situación laboral precaria a más de medio centenar de trabajadores y poniendo fin a 114 años de actividad conservera en la villa.