Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

El pregonero del Carmín, César González-Perabeles, se fue de Pola de Siero en 1956. Tenía diez años y tiene aún vivos muchísimos recuerdos de su infancia polesa. Aunque posteriormente volvió en numerosas ocasiones, su vida en Sevilla lo alejó durante largas temporadas de su localidad natal.

Actualmente trabaja en la ciudad del Guadalquivir como productor de los servicios informativos de Canal Sur Radio, pero sigue teniendo la Pola en mente, especialmente desde que en 1999, poco antes de morir, su madre le dio una copia del árbol genealógico de su familia. Entonces le dio por investigar sus orígenes, y ello lo condujo inevitablemente a sus raíces polesas, que llegaban a través del segundo apellido de su padre, Quirós.

Desde entonces tuvo un contacto permanente con Pola de Siero, fundamentalmente con Agustín Cezón, ya fallecido, y, más adelante, con Enrique Medina. Ambos compartían sus descubrimientos con el poleso afincado en Sevilla.

Ayer llegó a su pueblo después de varios años de ausencia, y lo encontró muy cambiado.

Durante toda la jornada se dedicó a escrutar caras. «¿No me conoces?» o «¿A que no te acuerdas de mí?» eran las preguntas más comunes. Le costaba siempre saber con quién estaba hablando, pero algún detalle siempre terminaba por refrescarle la memoria.

Eso es, precisamente, lo que hará hoy a las ocho de la tarde durante el pregón, entre otras cosas, hablar de sus recuerdos de Pola de Siero, de las calles y la gente con la que se cruzó en la infancia y que estos días, años y años más tarde, vuelven a formar parte de su vida.