Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Se resistieron, pero de poco les ha servido a los trabajadores de la planta de la conservera de Albo en Candás (Carreño). Hacia las dos de esta tarde se producirá el cierre oficial de la fábrica y con ello se finiquita un ciclo con 114 años de historia. Antes de esa hora, en torno a las once, todos los trabajadores de la empresa están convocados para entregar las llaves de sus taquillas y, presumiblemente, ése será el momento de la partida. El último turno de enlatado de bonito con la insignia de Albo al frente y el nombre de Candás en el dorso tuvo lugar ayer hasta las cinco y veinte de la tarde. La docena de trabajadores que permanecieron en ese momento en la fábrica empaquetó las últimas latas de Albo en Candás.

El bonito en conserva de Albo se hará a partir del lunes en un lugar indeterminado de la provincia de Pontevedra, toda vez que, según explican algunos trabajadores, la empresa tiene pensado producirlo mediante la subcontratación de un productor de marcas blancas. En caso de hacerlo la propia empresa, será en la planta de Vigo, adonde sólo viajará un encargado de la fábrica candasina. Los demás trabajadores fijos y fijos discontinuos no se trasladan; mientras tanto, está por resolver el conflicto de los temporales por las indemnizaciones.

De hecho, y según la versión de los trabajadores, el conflicto se halla en su punto álgido. La empresa, dicen, obliga a los temporales a firmar un documento para retirar la demanda judicial de reclamo de indemnizaciones si quieren cobrar.

Entre tanto, Albo -que se va de Candás sin haber atendido las llamadas de miembros del Gobierno regional para evitar su cierre- ya subcontrata a trabajadores para dar salida al producto que quedará listo en los almacenes candasinos. También seguirá, por el mismo motivo, parte del personal administrativo. Lo que ya no hay es producción.

Hasta cesar la fabricación ayer por la tarde, la planta candasina venía generando 100.000 latas de bonito al día. Unos 4.000.000 de kilos del pescado han pasado por las manos de los trabajadores que ahora abandonan la profesión y que ayer dieron muestras de su pesar.

La de Candás ha sido hasta ahora la única planta de Albo que elaboraba la conserva de bonito y atún en dos naves con aspecto de los años cuarenta. Entre esas paredes convivieron generaciones y generaciones de candasinos. Muchas cosas han cambiado desde que la firma cántabra de Albo y Arredondo echase anclas en Candás un día de 1895. Lo que nadie esperaba tras 114 años es que Albo se marchase sin decir nada.