Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Ya hay un borrador para los terrenos ahora ocupados por la fábrica Albo, que cerró el pasado mes de agosto después de una larga vida de vinculación con Candás. El gobierno de Carreño planea derribar las naves y en su lugar recuperar el cauce del río Noval, que atraviesa la zona, creando una senda peatonal que discurra paralela. Las pretensiones municipales pasan por que la conservera, con la que el Ayuntamiento mantuvo un tenso enfrentamiento cuando anunció su intención de cerrar, «no haga caja» con la venta de sus terrenos en la villa y por ello, según declaró el alcalde, Ángel Riego, a un programa radiofónico conducido por la Asociación de Vecinos de Candás, «se están estudiando distintas fórmulas» que permitan que Albo no se beneficie de la nueva situación. «En la medida de lo posible se intentará limitar la edificación en la zona, el sentir de la corporación es que a Albo no se da ni agua», confirmó el regidor.

Para el espacio que actualmente ocupan las naves de la conservera el Ayuntamiento tiene proyectado un espacio verde, en el que se «reflote» el cauce del río Noval, también conocido como río Rita, a su paso por Candás, desde la fuente de Santarúa y hasta la calle Pedro Herrero. Esto supondría la excavación del suelo, para sacar a la luz el cauce, y la construcción de manera paralela de una senda peatonal que siga su curso. En el momento en que se lleve a cabo la actuación, las previsiones municipales pasan por haber conectado la barriada al saneamiento general, ya que ahora mismo vierte al río. «Para entonces la zona estará limpia», asegura Riego.

También se reservará un espacio para la edificación de viviendas, aunque «lo menos posible», tal y como aseveró el Alcalde. De esta forma, la conservera no obtendría grandes réditos por la venta de sus terrenos, actualmente catalogados como de uso industrial en el Plan General de Ordenación Urbana vigente. Precisamente en estos momentos se está redactando un nuevo plan general, y es dentro de esta herramienta urbanística donde se está dibujando el destino de los terrenos ocupados por la fábrica de Albo desde hace poco más de cien años.

La recalificación de los terrenos de Albo en Candás ha estado presente desde el año 2002. Riego propuso entonces a la conservera dotar de calificación urbanizable a sus propiedades, de forma que con las plusvalías generadas por la venta a la opción inmobiliaria se pudiese efectuar un traspaso de las instalaciones a un polígono del concejo. Esa opción, que volvió a ser ofrecida a Albo este verano y que la empresa volvió a rechazar, parece lejana ahora. El gobierno local es ahora más proclive a la creación de espacios verdes, incluyendo en el proyecto la recuperación del río Noval y la creación de una senda.

Terrenos de Albo en Candás

La conservera dispone de tres naves principales donde se ha desarrollado la actividad hasta el pasado agosto. Pero además también tiene otros terrenos, los posteriores a la fábrica, incluido el antiguo teatro Santarúa, que llegó a ser utilizado como almacén.

El proyecto municipal

Si bien inicialmente se trató de beneficiar a Albo para que se trasladase a un polígono permitiendo que vendiese sus propiedades a la opción inmobiliaria, ahora se tratará de que estas ventas sean las menos, y se optará por los espacios verdes.