Perlora, B. FERNÁNDEZ

La Ciudad de Vacaciones de Perlora sigue cerrada a cal y canto. Y cada día que pasa hace mella en su ya maltrecho estado: basura, maleza, desperfectos... El reconocimiento de los gobiernos regional y local de que el proyecto para rehabilitar el área está estancado -el plan lleva dos años parado por falta de financiación-, sumado al interés que el negocio ha suscitado entre diferentes inversores, parece haber dado un vuelco al futuro de la antigua ciudad vacacional.

El PP acaba de presentar en la Junta General del Principado una pregunta para que se aclare «qué gestiones se están llevando a cabo directamente o mediante representantes de la actual Administración o personas de su confianza en orden a pulsar el estado de ánimo para incorporar al proyecto de explotación de la ciudad de vacaciones de Perlora a terceras personas».

Es decir, que se explique qué pasa con el proyecto auspiciado por el Gobierno regional, ya que la Administración forma parte del accionariado junto a un grupo de empresas creado para transformar la ciudad de Perlora.

Según confirmaron fuentes municipales, tres empresarios se personaron en Carreño en las últimas semanas para sondear la posibilidad de incorporarse al accionariado del proyecto para el complejo turístico.

Si eso sale adelante o no, está por ver. Lo que está claro es que la reforma de Perlora presentada hace dos años a bombo y plantillo, con una inversión que rondaba los 83 millones de euros, será difícil de materializar. La sociedad anónima creada para desarrollar el proyecto aún no ha presentado un plan de reforma interior del área, después de que el primero fuese rechazado en febrero por el Ayuntamiento al encontrar importantes y numerosas deficiencias en su redacción.

La tramitación administrativa no pudo comenzar, por tanto, dentro de los plazos previstos, ya que el documento presentado por las empresas no cumplía las expectativas: no estaba ajustado al reglamento urbanístico del Principado y era demasiado esquemático, por lo que deberá ser modificado sustancialmente. De ser aprobado, la tramitación debía alargarse por seis meses, pudiendo las empresas comenzar a elaborar el proyecto de actuación a comienzos de 2010, una vez aprobado el plan de reforma interior. Pero nada de esto se ha cumplido y en el Ayuntamiento admiten que no hay noticias de las empresas.

La entrada en escena de nuevos accionistas demuestra «las dificultades económicas por las que atraviesan las empresas que sostienen actualmente el proyecto», afirma el diputado del PP Agustín CuervasMons. La incorporación de nuevos inversores no implicaría la cancelación del contrato actual, dice el diputado. «Bastaría con la compra por parte de nuevos inversores de las acciones de la sociedad anónima».