El Puntal (Villaviciosa),

Mariola MENÉNDEZ

La playa de Bonhome pronto dejará de ser el cementerio de viejas embarcaciones en el que se había convertido en los últimos años la zona de El Puntal, en la ría de Villaviciosa. La Demarcación de Costas en Asturias inició ayer la retirada de una decena de lanchas abandonadas e inservibles que finalmente no fueron evacuadas por sus propietarios, a pesar de la petición de este organismo, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Estos barcos pasarán ahora a mejor vida en su nuevo destino: el vertedero central del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos en Asturias (Cogersa).

De las alrededor de 17 embarcaciones que se encontraban abandonadas en la playa de Bonhome, sólo unas 7 fueron recogidas por sus dueños. Desde la Demarcación de Costas eran conscientes de la dificultad para identificar a los propietarios, ya que muchas de estas lanchas tienen un folio (matrícula) inventado, que no figura en el registro de buques. En otras ocasiones, esa identificación se corresponde con embarcaciones de otros lugares de España. En el caso de botes o chalanas, la localización de sus titulares se complica, ya que al tener menos de tres metros de eslora no requieren de matriculación. Así que finalmente ha sido la Administración la que ha tenido que retirar muchos de estos barcos inservibles que se estaban pudriendo en el arenal ganado a la ría de Villaviciosa en la bajamar.

Este desguace de embarcaciones en el que se había convertido la playa de Bonhome en los últimos años se agrava al encontrarse en el estuario maliayés, un espacio natural protegido. Las pésimas condiciones de estos barcos hacían temer que provocaran vertidos a la ría, como ocurrió en septiembre con la fuga de fuel de una embarcación abandonada, que tuvo que ser retirada. Incluso, los vecinos aseguran que en ocasiones se aprecian manchas de combustible en el arenal.

Pero no sólo se almacenan lanchas viejas e inservibles en la playa, también numerosa chatarra. Algunos de estos barcos se habían convertido en improvisados contenedores para dar cobijo a pinceles y botes vacíos de pintura empleada para dar color a otras lanchas. Incluso, se acumulaban plásticos, restos de macetas, un extintor o restos de otros botes.

Así, la noticia de la retirada de estas viejas y deterioradas embarcaciones ha sido muy bien acogida por los vecinos, que denunciaron la situación en la que se encontraba la playa. Ezequiel Bonhome, que vive en la casa a escasos metros del arenal de igual nombre a su apellido, afirma que está bien la limpieza. Y agrega que muchos de los barcos que sí están en uso y no han sido retirados pasan todo el invierno aquí.