Perlora,

Braulio FERNÁNDEZ

Han pasado ya tres años y cinco meses desde que cerró la ciudad residencial de Perlora y su abandono crece de forma paralela a la desesperación de los hosteleros locales por el lento avance del proyecto de privatización promovido por el Principado. Con el fin de desbloquear la situación, el PP presenta hoy en la Junta General una proposición no de ley para que se reabra la ciudad de vacaciones mientras se concretan sus planes de futuro.

El texto de la moción propone «reanudar la explotación del complejo mediante la gestión directa del Principado de Asturias, en tanto se reanuda, o se resuelve de forma definitiva, la explotación otorgada» a las empresas privadas. La propuesta de los conservadores pretende abrir la residencia en lo que respecta a los establecimientos hoteleros y hosteleros. «La ciudad de vacaciones debe recuperar la tradicional actividad de descanso que siempre tuvo, en tanto persista la actual indefinición del proyecto de futuro», explican desde el PP.

La propuesta puede abrir otra brecha entre PSOE e IU, los partidos que componen el gobierno del Principado. Como ya sucediera en otros asuntos, como la integración del Hospital de Cangas de Onís en la red pública, puede darse el caso de que IU se una hoy al PP para votar contra el PSOE y en favor de la reapertura de la ciudad de Perlora.

Lo que motiva la moción es la recuperación económica del concejo de Carreño, cuyo sector hostelero y comercial se ha visto muy mermado desde el cierre de la residencia en 2006. Pero también evitar que el complejo se vaya a la ruina. «Si no la reabrimos estaremos en los pasos previos de la pérdida definitiva de la riqueza de las instalaciones y su consiguiente ruina», indicaron.

La propuesta de reabrir el complejo no es exclusiva de los populares, sino que también ha sido planteada por la asociación de vecinos de la parroquia. «Sería imposible que el centro turístico abriera como antes de 2006, pero quizá sería posible hacerlo parcialmente, y que se concediesen algunos servicios que dotaban de mucha vida a Perlora, tales como los bares del complejo o las tiendas», apunta el presidente de la asociación perlorina, Pepe Caballero. A su juicio, la solución sería no sólo positiva para el comercio y la hostelería de Carreño, los más afectados por el cierre de la ciudad, sino también para el Principado, «que podría costear las labores de mantenimiento del recinto, que tantos quebraderos de cabeza dan, mediante el cobro de los cánones a las empresas que exploten esos servicios».

Y es que en la actualidad el proyecto de Perlora vive un estancamiento a largo plazo, tras la concesión de una moratoria indefinida por parte del Principado a las empresas inversoras para que formalicen su compromiso, de un total de 83 millones. Desde hace un año, el Ayuntamiento de Carreño se encuentra a la espera de que la sociedad anónima que gestionará el complejo presente un plan urbanístico para la zona. El plan de reforma que debía dar cobertura legal a la actuación fue devuelto porque contenía importantes y numerosas deficiencias.