Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Los empresarios que tienen negocios comerciales o de hostelería en la céntrica plaza de La Baragaña de Candás se reunirán en los próximos días para solicitar al Ayuntamiento de Carreño que aplace las obras de reforma hasta después de la fiesta del Cristo, en septiembre. El Ayuntamiento anunció esta misma semana que la remodelación del zoco candasín comenzará nada más terminar la Semana Santa, y se alargarían durante seis meses, o, lo que es lo mismo, durante todo el verano. Esto no ha sentado muy bien a los empresarios, que temen pérdidas con las obras en pleno verano. La plaza cuenta con una docena de establecimientos comerciales y varios locales de hostelería, siendo el centro neurálgico de la villa.

Comerciantes y hosteleros sostienen que la reforma no es tan urgente como para paralizar la actividad durante los meses de verano, en que muchos de ellos basan su negocio, como es el caso de una heladería, que abre solamente desde primavera a octubre, o el restaurante Varadero, con una terraza que podría ser eliminada por las obras. «En el caso de que pudiera colocar la terraza, tampoco podría dar comidas a causa del polvo surgido de las obras, por lo que sugiero que se pospongan las obras hasta después del verano», explicó ayer el propietario del restaurante, Clemente Canga.

Canga adelantó que se tratará de unir a todos los negocios del entorno de La Baragaña para solicitar al Ayuntamiento que demore el comienzo de las obras. «Nos perjudicaría enormemente que siguieran adelante con su idea, y no sólo por las molestias o la merma en la afluencia de visitantes a causa de las obras, sino también por la eliminación consiguiente de las plazas de aparcamiento», añadió el empresario, quien advirtió de que las consecuencias de que La Baragaña esté en obras todo el verano «no sólo la sufrirían los negocios del entorno, sino todo el pueblo», ya que se trata de su centro estratégico.

En la misma línea se expresó una responsable del comercio textil candasín Xera. «Lo lógico sería que se pospusiesen los trabajos hasta después del verano, y que de lo contrario nos perjudicaría a todos los negocios», dijo. Reconoce que la reforma de la plaza es bienvenida por la mejora que supondrá, «pero el verano no es la época adecuada para ejecutarla». Además, recuerda que no sólo el comercio y la hostelería se verán afectados por el cierre de La Baragaña para su reforma, sino también la organización de festejos y los vecinos. «Éste es un lugar habitual de esparcimiento de los niños, que se verán privados de ello precisamente durante el verano, por no hablar de la cantidad de actividades que se desarrollan en la plaza durante las festividades de esos meses», indicó.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobó el pasado 26 de noviembre el proyecto de reforma de la plaza de La Baragaña de Candás, pero no lo ha sacado a contratación hasta ahora.