Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Las cuidadoras-vigilantes del comedor escolar del Colegio Poeta Antón de Candás han recibido el apoyo tanto del centro como de la mayoría de los padres de alumnos, tras las dudas sembradas el pasado lunes acerca de su labor por la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA). Unos 80 padres de alumnos y casi la totalidad de la plantilla del profesorado del centro se concentraron ayer por la tarde en el patio del colegio para expresar su apoyo a dichas trabajadoras, algunas de las cuales llevan más de una década desempeñando su labor, sin que en todo ese tiempo se haya producido ni una sola queja.

Las cuidadoras señalaron ayer que su horario de trabajo comprende desde las 12.30 hasta las 14.30 horas y que sus tareas engloban las funciones de cuidado de los alumnos en el comedor. «Nuestra función consiste en vigilar a los niños mientras comen, manteniendo el orden y observando que se comportan adecuadamente», explicaron. Además, «cuando bajan al patio, están siempre bajo nuestra tutela y no hay problemas fuera de los normales, idénticos a los que pueden tener en los recreos con los tutores». Añaden que «cualquier incidencia se recoge en un libro que es custodiado por el director del centro y que luego es analizado para tomar las medidas correctivas que sean precisas».

Las cuidadoras han puesto así de manifiesto la realidad del servicio de comedor del Colegio Poeta Antón. Su pronunciamiento fue secundado ayer por un numeroso grupo de padres de alumnos.

Según indicaron varios padres, el servicio de comedor «ha resultado modélico siempre», por eso atribuyen las quejas expresadas por algunos miembros de la directiva de la AMPA a «cuestiones personales».

La dirección del centro también ha defendido el trabajo de las cuidadoras y en los próximos días están previstas varias reuniones con los integrantes de la junta directiva de la asociación de padres, para aclarar la situación generada por sus críticas.