Posada de Llanera,

Gonzalo BENGOA

El municipio de Llanera será pionero en Asturias en la puesta en marcha de un método de aprendizaje diseñado para niños menores de 7 años que permitirá a los pequeños reconocer y manejar hasta siete idiomas diferentes. La lenguas que aprenderán será mandarín, inglés, alemán, francés, italiano, español y portugués.

Será la Escuela Infantil de primer ciclo Bernardo Sopeña, de Posada de Llanera, donde se desarrollará el denominado proyecto «Bebe políglota», que comenzará a aplicarse a partir del próximo curso escolar. Según confirmó la directora del centro, Adela Paz González Cañedo, el programa se incluirá dentro proyecto educativo y curricular de la escuela infantil, que acoge alumnos de hasta 3 años.

El sistema está compuesto de un material didáctico que llega por categorías al cerebro de los niños, según explican los expertos. Al usar nuevas tecnologías como el vídeo, el diseño en tres dimensiones, la música neurolingüística y la multimedia, «se refuerza la memoria de los pequeños a través de emociones placenteras», explica González Cañedo. Este aprendizaje didáctico y lúdico genera emoción y motivación. «Son sensaciones que inciden fuertemente en los sistemas que regulan la atención de los alumnos», destaca la directora del centro quien añade que la educación consigue ser «más efectiva al acompañarla de estimulaciones sensoriales positivas». Esto determina que los niños «guarden en la memoria los diferentes idiomas». Cuando el niño empieza a hablar por primera vez no quiere decir que en ese instante acaba de aprender su lengua materna. Este proceso de aprendizaje empieza desde el nacimiento, por lo que si al niño se le habla y enseña sólo una lengua, ésa será la que aprenderá. «Si se le enseñan siete, las dominará todas», explica la directora, quien recalca que «el secreto radica en la constancia y la repetición».

El vocabulario escogido se refiere al conjunto de elementos que son los más cercanos a su realidad en sus primeros años: animales, colores, partes del cuerpo, objetos de la casa, deportes, alimentos, prendas de vestir y, por supuesto, su familia, entre otros. En esta primera fase del método el niño aprenderá un promedio de 2.100 palabras, 300 en cada idioma.

Comenzarán con la lengua inglesa. Los alumnos serán estimulados visual, sensorial y olfativamente. «No es posible aprender idiomas sin realizar un previo proceso de estimulación», destaca la responsable del centro.