Grado,

L. VALDÉS

El tradicional mercado de Grado se celebra desde hace siglos dos veces a la semana, los miércoles y los domingos, y las calles y plazas de la villa se llenan de puestos que ofrecen los afamados productos de las huertas de la comarca, así como otros artículos de calidad. A lo largo de estos años, el mercado moscón ha evolucionado, pero la esencia se mantiene. Grado fue, es y pretende ser una gran superficie comercial al aire libre con la mejor oferta y demanda. Así lo reflejan las fotografías de la exposición sobre la historia del mercado ubicada en el patio de la Casa de Cultura con motivo de la celebración de la III Semana del mercado tradicional, organizada por la concejalía de Ferias y Mercados.

Si por algo es conocido Grado en toda Asturias es por sus mercados que en los últimos años, tras la apertura de la autovía, han servido para revitalizar la actividad comercial y la economía del municipio. El origen del mercado moscón hay que buscarlo en la Edad Media, probablemente tal y como se puede leer en uno de los murales de la muestra, en la concesión de la carta puebla a Grado por el rey Alfonso X el Sabio con anterioridad al 3 de marzo de 1256. En estas concesiones reales uno de los privilegios que se otorgaba era la celebración de un mercado semanal, que en el caso de Grado era los miércoles.

El mercado de Grado durante la Edad Moderna fue una excepción, ya que empezaron a celebrarse dos mercados a la semana -miércoles y domingos, según los documentos de la época- a causa de las fértiles vegas y por el paso por el concejo de las principales vías de comunicación, Camín Real de la Mesa y Camino de Santiago. A lo largo del siglo XIX y principios del XX se produce un cambio en la economía tradicional asturiana con el aumento de excedentes de las caserías y los mercados semanales comienzan su decadencia. Sin embargo, esto no sucede en Grado que en esta época se le conoce como la huerta de Asturias. Los puestos ofrecen cereales, legumbres, manteca, huevos, hortalizas, frutas... Y se exporta gran cantidad de avellanas y fresas. En 1930, el precio de 1 kilo de tomates en Grado era de 1 peseta. El propio Jovellanos, en 1795, en uno de sus viajes que pasa por Grado, afirma: «en sus mercados se surten también los de Trubia, pudieran ir a Oviedo, pero buscan aquí la mayor baratura y abundancia».

Los vendedores han sido a lo largo de su historia el alma del mercado moscón. Luis Sánchez, de Castañedo, recibirá un homenaje el viernes en premio a la fidelidad de venta en la plaza.

El acto se completará con un vino español en el claustro de la Casa de Cultura. El acto comenzará a las siete y media de la tarde en la villa.