Candás,

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Carreño -aprobado en Comisión de Urbanismo y pendiente de ir al Pleno- tiene prácticamente descontento a todo el mundo menos al gobierno local (PSOE e IU) que lo ha hecho. Los vecinos del concejo, a través de sus asociaciones, han criticado que no se haya contado con ellos para escuchar sus propuestas. Mientras, los partidos de la oposición, salvo URAS, lo rechazan y anuncian que el PGOU se enfrenta a un largo proceso de alegaciones al no tener consenso alguno.

«Esperaremos a que el PGOU sea expuesto para conocerlo a fondo, pero por lo que ya sabemos, no incluye algunas de las soluciones más demandadas en Candás, como una bolsa de suelo para aparcamientos o el soterramiento de las vías del tren», explicó ayer el portavoz de la Asociación de Vecinos de Candás, Luis Fernández. Este colectivo ya ha mostrado su intención de alegar al plan, y lo hará en esas dos direcciones.

En el caso de las peticiones de la Asociación de Vecinos de Perlora, Pepe Caballero, su portavoz, señaló ayer que «éstas pasan por que se mantenga el carácter rural de la parroquia, al tiempo que se permita construir a las familias en sus terrenos». Sin embargo, Caballero ve poco probable que se cumplan sus reclamaciones: «La ley del Suelo de hoy en día es más favorable para los promotores urbanísticos que para los particulares». El PGOU es además la herramienta urbanística ansiada por los vecinos del entorno industrial de Aboño para encontrar solución a su prometido realojo. «No sabemos nada del plan, ya que con nosotros nadie se reunió», explicó el portavoz de la Asociación de Vecinos de Carrió, Pablo Quiroga.

«Se nos dijo en período preelectoral que el PGOU era la herramienta para el realojo que pedimos, que mediante el plan se podría poner solución a nuestros problemas por el crecimiento industrial dibujando unos terrenos donde poder ir a vivir, pero no hemos vuelto a saber nada», se queja Quiroga. Además, la situación es apremiante para ellos, ya que lo que sí dibuja el planeamiento es un mayor crecimiento industrial. «El Principado nos dijo que el Ayuntamiento tenía que buscar primero un lugar para el realojo, para después ellos efectuarlo», añadió Quiroga, que anuncia que su asociación alegará, «como lo harán los vecinos a nivel particular».

En la esfera política, el rechazo por parte de la oposición ha sido frontal al nuevo PGOU. El PP explica claramente su oposición. «Con nosotros no negociaron nada», indica su portavoz, Celestino Gutiérrez. «Es un planeamiento muy corto de miras, nada ambicioso, ya que no figura ninguna solución para el problema del aparcamiento, ni para el soterramiento de las vías de tren, ni para el realojo de los vecinos con alta contaminación en sus casas». En Candás, dice, «hay varias unidades de actuación de difícil aplicación, porque no tendrán rentabilidad, y perjudica además el uso comercial, que queda en un segundo plano, para convertir la capital en una ciudad dormitorio».

Ésa es también la opinión de Ramón Artime, portavoz de UICA. «Hay un crecimiento desmesurado de la zona residencial, pero también de la industrial, lo que es incompatible, y no atiende a criterios de sostenibilidad». «Es un plan impuesto, que acaba con el desarrollo turístico».