Esta semana no poco se ha escrito en relación con la búsqueda de una nueva ubicación a la Policía Local. Ningún ciudadano en su sano juicio valora como adecuadas las dependencias que ahora padece. Y aunque hay quien argumenta que «deben estar fuera, no dentro», es una ofensa el mantener por más tiempo esta indignidad; pase lo que pase con el juzgado. La posibilidad de utilizar dependencias públicas con adecuadas dimensiones que ahora están sin uso, o que en breve plazo dejarán de tenerlo, parece la más conveniente. En la zona del Barrio de la Luz se dispone ya de una posible ubicación y en breve, por traslado del hogar de jubilados, se dispondrá de otra, lo que duplica las posibilidades de valorar rentabilidad y costo de la adecuación del lugar que se elija entre ambos. No sería cabal el desperdiciar la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro: por un lado, conseguir la solución definitiva a los problemas de tranquilidad que afectan a la zona y que ahora han mejorado, fundamentalmente, gracias al tesón de los vecinos; por otro, atender una añosa reivindicación de mejora de las condiciones para desempeño del trabajo de los funcionarios.