Lieres,

Manuel NOVAL MORO

El presidente de la Unión Vecinal de Lieres, Laureano Toraño, ha aclarado que su asociación «no quiere, ni mucho menos, parar las obras de urbanización de Solvay, y menos ahora que se ha invertido tanto dinero». Su intención no es otra, dice, que procurar que todo se haga correctamente. Y aunque respeta el informe que rechaza punto por punto todas sus críticas a cómo se están realizando las obras, no lo comparte y, además, señala que hay otras cuestiones denunciadas que no se han tratado y que incumplen la normativa. La principal de ellas, la confusión de límites del ámbito de actuación. Esto es especialmente significativo en la carretera de La Solana. Según Toraño, en un tramo se ha construido un talud pegado al asfalto que no respeta la distancia exigida por la normativa. Y en otros se ha urbanizado invadiendo la calzada y estrechándola de forma considerable. Es el caso de la entrada a la escombrera por encima del lavadero. A lo largo de un tramo de unos siete metros, la calzada tenía una anchura de ocho metros, «y la han dejado en cinco». No ve lógico este estrechamiento, máxime teniendo en cuenta que el flujo de vehículos será continuo en un futuro próximo.

Pide «que se comparen los datos topográficos de ahora con los de Minas de Lieres: se verá todo perfectamente». Hay, además, un incumplimiento del plan especial, según Toraño. A pesar de que era obligatorio retirar los escombros, han sido almacenados en una franja de 110 metros de largo por 33 de ancho, y con una diferencia de altura de 10 metros. Insiste en que sólo quiere garantizar la corrección de las obras.