Se viene abajo. Es una ruina total. Lo que es, desde hace cientos de años el emblema, orgullo, piedras y sombras de todo un pueblo y un tótem que se pierde en la Historia y la leyenda, agoniza ante la dejadez, abandono y desidia de todos. La Colegiata de Teverga tiene sus días contados: la vegetación cubre la techumbre, las tejas se caen sobre las lápidas del camposanto, las maderas se pudren, las goteras inundan todos los rincones, la suciedad impide entrar en el coro, el polvo lo invade todo, del juego de luces nocturno tan sólo queda una luciérnaga? La Colegiata (monumento nacional) no tiene dueño. La señora valenciana que pretendía reinar sobre el noble edificio ya se ha muerto. El templo, abadía, palacio rectoral, cenobio, colegio, iglesia de nacidos y difuntos, bautizos y matrimonios, lugar de plegaria y de cultura, espacio sagrado de recuerdos y lugar de paso de nuestros ancestros es del pueblo. No se entiende. Se adorna el entorno y el verdadero símbolo cae en desgracia. No contemos con los políticos. Si para restaurar el Cébrano fuimos todos Fuenteovejuna , ¿Qué esperamos?